miércoles, 24 de agosto de 2011

Caperucita moderna



El cuento de la caperucita es de los más conocidos, pero alguien me retó a contarlo en 10 segundos y la apuesta era bastante buena, entonces se me ocurrió solicitar 60 segundos para ordenar la mente conforme a los datos conocidos y aceptó.

Transcurridos los 60 segundos tomó el cronómetro y me dio la señal para comenzar y entonces comencé: Caperucita debía llevar alimento a su abuelita y si cruzaba el bosque el lobo se la comería y caminar por el camino largo se comería a la abuelita, entonces pregunté:

¿Qué solución prefiere, que el lobo se coma a la abuelita o a caperucita? ¿Usted dice?
Ante esto parece haberme sobrado unos tres segundos y como no me contestó, extendí la mano para recibir el monto de la apuesta.

Desde luego que la apuesta solo fue simbólica, pero aprovecho la oportunidad de comparar el cuento de la caperucita que en realidad se trata de un cuento muy corto, pero sigue siendo poco leído.

La causa la desconozco, lo que es evidente es que los muchachos siguen sin leer lo suficiente para adquirir una mínima educación, creo que al escribir esto puedo afirmar que algunos siguen leyendo lo suficiente y lo afirmo por los correos y las estadísticas que recibo.

Existe razón para entender que la vida moderna parece exigir leer menos, sin embargo creo que esta es una muy buena oportunidad de re inventarnos.

Que maravilloso sería que pudiéramos volver a empezar, no tanto volver a nacer, sino que nos dieran la oportunidad de comenzar esta misma vida pero desde otro punto de partida.

Esa es la función de los cuentos, porque son historias eternas, nunca morirán, son historias que se vuelven nuevas en forma paralela con las cabecitas nuevas que día a día llegan a este mundo.

El conflicto que enfrenta la caperucita para llevar alimento a la abuelita, se parece mucho al conflicto que enfrentan los jefes de familia y las amas de casa, para alimentar a sus descendientes y a la familia en general.

Tanto la historia de la cenicienta, Pedro y el lobo, el gato con botas y tantos cuentos más que resultan una delicia leerlos las veces que sea necesario por el impacto que producen en muestra mente.

Le invito a practicar lo anterior, trate de contar el cuento que recuerde y si lo puede hacer en menos de un minuto, le aseguro que se convertirá en el héroe de sus hijos menores.

Esa información será muy valiosa para ellos cuando enfrenten la representación paternal que ahora están recibiendo y eso, le aseguro que dará por resultado mejores ciudadanos.

Comience por la caperucita, le aseguro que muy pronto va a dominar cualquier reto que le presenten.

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