viernes, 16 de diciembre de 2011

Ragalo de navidad


Con gran ilusión y en un ambiente familiar excelente, la familia se encuentra en plena labor de adornar el árbol de navidad, porque de acuerdo a la tradición mamá es quien determina como debe quedar arreglado el árbol cada año.

Son tres los pequeños que esa familia ha procreado y aparentemente viven en un magnífico momento, papá tiene un buen trabajo y las cosas indican que se trata de una familia muy feliz.

Mamá e hijos han estado trabajando todo el día en los arreglos de la casa y en este momento se escucha el sonido del carro de papá que está llegando a casa, de manera que los niños acuden a su encuentro.

Todos quieren mostrar el trabajo con el árbol y esa es la razón de acudir a recibir a papá, y cuando entran a la sala de la casa, aquello es un espectáculo maravilloso con las luces de colores y la gran estrella en la cúspide del árbol.

Los niños comienzan a escribir las cartas haciendo la petición a Santa Claus y los papás escuchan atentos los deseos de cada uno de ellos.

Con mucho cuidado van colocando las cartas en el árbol y ahora se dirigen al comedor donde compartirán la cena previa a la noche de navidad.

Todo se desarrolla de manera normal hasta que en la sobre mesa mamá comienza a presentar algunas molestias en la frente y pide le alcancen una de las pastillas que le ha recetado el médico de la familia.

Cumple la niña mayor con el encargo además de acercar un vaso con agua simple y hacer que mamá tome su medicina, por un momento se produce un silencio como esperando que la medicina haga su efecto.

Cuando parece que ha disminuido el dolor, ella, la mamá les indica que se quiere recostar un momento porque tal vez el trabajo con el árbol de navidad ha sido agotador y es importante hacer un alto y descansar un poco.

El estado de salud de mamá no mejora y papá resuelve solicitar el servicio de una ambulancia y que sea conducida al hospital donde le atenderán adecuadamente.

La situación se torna alarmante y todo parece producir una gran confusión, papá se dirige al hospital en la ambulancia y la hija mayor se queda a cargo de los niños menores.

Se forma un caos porque la hija mayor pide a lo niños que abran cada uno su carta a Santa Claus y cambien las peticiones de juguetes o lo que hayan pedido y que en su lugar solo le pidan a Santa Claus que mamá reciba la atención adecuada y que Santa la traiga de regreso a la casa.

Esa noche los niños se sientan al pié del árbol y unas veces en silencio y otras en voz alta, repiten la petición pero el silencio de papá no ha sido superado, el resto de la noche siguen haciendo la misma petición.

Cuando recién está amaneciendo suena el timbre del teléfono, es papá que les notifica que el peligro ha pasado y que en el transcurso del día, mamá estará de regreso a casa.

Así ocurre y antes de la media noche, mamá esta de regreso en casa y cuando se encuentran sentados una vez más al pié del árbol suena un teléfono, es de uno de los niños y contesta de manera habitual.

Solo acierta a decir que sí a todo cuanto dice quien está al otro lado de la línea y como final de conversación dice, todos estamos de acuerdo, hemos renunciado a los regalos, ya está en casa el mejor de los regalos, mamá se siente bastante bien y con eso nos basta, estamos muy contentos.

Se despide y les comunica el recado: Dice Santa Claus que ya no tenemos de que preocuparnos, que como aceptamos perder los regalos, que nos entrega el mejor regalo que es que mamá esté con nosotros esta noche y muchas más.

Todos se miran unos a otros y no se atreven a preguntar, pues se trata de un teléfono de juguete que de ninguna manera pudo haber recibido la llamada y reclaman al menor el engaño, pero él les dice: Santa está llegando a casa, me dijo que no tardaría.

En ese momento tocan a la puerta y solo se escucha la risa tradicional de Santa Claus, y este cuento se ha terminado.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Donde está mamá


Un niño de apenas entre tres y cuatro años de edad pregunta a la persona que realiza las labores de la casa: ¿Tú sabes donde se encuentra mamá? La he estado buscando desde la mañana y es la hora que no la encuentro.
Esa persona no se atreve a pronunciar palabra porque sabe que la mamá ya no está entre nosotros y teme causar algún tipo de problema si contesta la pregunta.
El niño le vuelve a cuestionar pero ahora con tono amable como quien desea obtener una respuesta a modo. “yo sé que tú sabes dónde está mamá, y no quieres decirlo, pero mira, no te preocupes, cuando la vea le diré que tú nunca me lo dijiste.
Sin dar respuesta esa persona trata de evadir la mirada del niño y simplemente se retira con cierta prisa y evitar un nuevo cuestionamiento.
Como la casa es un tanto grande, el niño comienza a recorrer las habitaciones, una a una la revisa y le resulta frustrante que en ningún lado encuentra la respuesta, su mamá no está en casa.
Sale al jardín y revisa cada espacio que además resulta bastante grande y poco a poco termina por desistir, sin embargo, decide regresar al interior de la casa y volver a revisar las habitaciones.
Cuando llega a un cuarto que mamá ocupa con las personas que le ayudan en las labores de lavado y planchado de ropa, desde ese lugar ordena la tarea para cada persona del servicio.
La mamá está de espaldas al niño y él, sin decir nada simplemente abraza por la espalda a su mamá sin ver el rostro y le dice: Mamá, es hora que nadie me ha dado de comer y siento mucha hambre.
La mamá sin voltear le dice al niño: Ve al comedor, allí se encuentra una señora que recién ha sido contratada y ella está preparando un platillo especial para ti que te va a gustar.
El niño sale de inmediato casi corriendo y se dirige no al comedor sino a la cocina y en efecto allí se encuentra una señora de edad que prepara comida y le dice al niño: puedes sentarte en el lugar que gustes, ahora te llevo de comer.
Sin decir palabra el niño se dirige a una silla dentro de la misma cocina y pacientemente espera que le sea servida la comida, y con determinada rapidez, la señora coloca cada uno de los utensilios que recibirán aquello que huele sabroso.
El niño devora prácticamente los alimentos que le ha preparado la señora, debieron estar tan sabrosos como aparentaban y sin decir palabra toma una y otra ración sin detenerse.
Cuando termina, como todo un caballero le dice que la comida ha resultado deliciosa, que la felicita y que le pide ser ella la que a partir de ese día se encargue de preparar los alimentos.
Ella contesta agradecida que así será si él así lo quiere, bajo la promesa que se comerá todo lo que ella le prepare y él le contesta que acepta con agrado el reto.
Pero surge la pregunta inicial: ¿Sabes dónde está mamá? Y ella le contesta: Hoy por la noche cuando veas en el cielo una estrella, la más brillante, la que te llame más la atención, esa es la nueva estrella que brillará para siempre, allí es donde tu mamá descansará hasta que tú seas grande y puedas brillar tanto como ella en este momento.
Cuando tengas hambre, díselo a ella, cuando tengas frío y cuando te sientas solo, no dudes en pedirle que te acompañe, ella estará siempre, siempre a tu lado, no lo olvides.
A pesar de la poca edad del niño, él se mantiene atento a cada palabra y permanece en silencio como aceptando que entiende todo lo que la señora le dice, pues la voz de la señora es igual a la de su mamá.