Con
gran ilusión y en un ambiente familiar excelente, la familia se encuentra en
plena labor de adornar el árbol de navidad, porque de acuerdo a la tradición
mamá es quien determina como debe quedar arreglado el árbol cada año.
Son
tres los pequeños que esa familia ha procreado y aparentemente viven en un
magnífico momento, papá tiene un buen trabajo y las cosas indican que se trata
de una familia muy feliz.
Mamá e
hijos han estado trabajando todo el día en los arreglos de la casa y en este
momento se escucha el sonido del carro de papá que está llegando a casa, de
manera que los niños acuden a su encuentro.
Todos
quieren mostrar el trabajo con el árbol y esa es la razón de acudir a recibir a
papá, y cuando entran a la sala de la casa, aquello es un espectáculo
maravilloso con las luces de colores y la gran estrella en la cúspide del
árbol.
Los
niños comienzan a escribir las cartas haciendo la petición a Santa Claus y los
papás escuchan atentos los deseos de cada uno de ellos.
Con
mucho cuidado van colocando las cartas en el árbol y ahora se dirigen al
comedor donde compartirán la cena previa a la noche de navidad.
Todo se
desarrolla de manera normal hasta que en la sobre mesa mamá comienza a
presentar algunas molestias en la frente y pide le alcancen una de las
pastillas que le ha recetado el médico de la familia.
Cumple
la niña mayor con el encargo además de acercar un vaso con agua simple y hacer
que mamá tome su medicina, por un momento se produce un silencio como esperando
que la medicina haga su efecto.
Cuando
parece que ha disminuido el dolor, ella, la mamá les indica que se quiere
recostar un momento porque tal vez el trabajo con el árbol de navidad ha sido
agotador y es importante hacer un alto y descansar un poco.
El
estado de salud de mamá no mejora y papá resuelve solicitar el servicio de una
ambulancia y que sea conducida al hospital donde le atenderán adecuadamente.
La
situación se torna alarmante y todo parece producir una gran confusión, papá se
dirige al hospital en la ambulancia y la hija mayor se queda a cargo de los
niños menores.
Se
forma un caos porque la hija mayor pide a lo niños que abran cada uno su carta
a Santa Claus y cambien las peticiones de juguetes o lo que hayan pedido y que
en su lugar solo le pidan a Santa Claus que mamá reciba la atención adecuada y
que Santa la traiga de regreso a la casa.
Esa
noche los niños se sientan al pié del árbol y unas veces en silencio y otras en
voz alta, repiten la petición pero el silencio de papá no ha sido superado, el
resto de la noche siguen haciendo la misma petición.
Cuando
recién está amaneciendo suena el timbre del teléfono, es papá que les notifica
que el peligro ha pasado y que en el transcurso del día, mamá estará de regreso
a casa.
Así
ocurre y antes de la media noche, mamá esta de regreso en casa y cuando se
encuentran sentados una vez más al pié del árbol suena un teléfono, es de uno
de los niños y contesta de manera habitual.
Solo
acierta a decir que sí a todo cuanto dice quien está al otro lado de la línea y
como final de conversación dice, todos estamos de acuerdo, hemos renunciado a
los regalos, ya está en casa el mejor de los regalos, mamá se siente bastante
bien y con eso nos basta, estamos muy contentos.
Se
despide y les comunica el recado: Dice Santa Claus que ya no tenemos de que
preocuparnos, que como aceptamos perder los regalos, que nos entrega el mejor
regalo que es que mamá esté con nosotros esta noche y muchas más.
Todos
se miran unos a otros y no se atreven a preguntar, pues se trata de un teléfono
de juguete que de ninguna manera pudo haber recibido la llamada y reclaman al
menor el engaño, pero él les dice: Santa está llegando a casa, me dijo que no
tardaría.
En ese
momento tocan a la puerta y solo se escucha la risa tradicional de Santa Claus,
y este cuento se ha terminado.