viernes, 12 de abril de 2013

Tres años o casi


Por: Julio Torres.
Tres años o casi, he titulado este asunto ya que se trata de una edad maravillosa en el ser humano, donde todo conflicto es resuelto por medio de preguntas y pareciera que ninguna respuesta le interesa puesto que su problema no es el saber más, simplemente es el paquete de dudas que la vida misma le ha entregado desde el momento en que ha llegado a este mundo donde todo está a la vista y que sea descubierto, y que mejor que un niño que está a punto de cumplir tres años que es la edad de las preguntas.
A esta edad se pregunta: ¿Por qué sale el sol, porqué la luna? ¿Por qué llueve? ¿Por que es de noche? Y así, todo el tiempo haciendo preguntas que tal vez nos resulta un tanto difícil de encontrar la respuesta adecuada y sin embargo, es fundamental contestar de la mejor manera posible aunque ese niño finalmente acepta una u otra respuesta, inclusive si no recibe ninguna, pero no dude que volverá muy pronto a preguntar lo mismo, así que habremos de tener respuestas listas y convincentes.
En otro lugar habrá un niño que se pregunte el porque él no tiene una casa bonita en un barrio bonito donde no existan carencias, donde los parques y jardines luzcan las flores más bonitas o que existan áreas verdes donde se pueda jugar fútbol como sucede en los mejores estadios, o tal vez esté pensando en lo que comerá si es que en su casa existe algo con que alimentar ese estomago, que en momentos parece reclamar la suerte que le ha tocado vivir.
Diferencias abismales se presentan en el mundo cuando vemos a niños que con dificultad beben un vaso con leche por orden superior o que tal vez en ese momento no es leche lo que desean sino un esplendido helado o un trozo de pastel combinado por muchos tipos de leche.
También existe el niño que es “forzado” a ingerir todo tipo de vegetales por que se supone que eso es lo que necesita en su etapa de crecimiento, pero él no esta de acuerdo, pero que sucede con otro niño que ni siquiera ese plato de vegetales conoce y mucho menos ha estado presionado con el fin de obligarlo a ingerir esos alimentos.
En este conjunto de miradas he podido reflexionar lo que una realidad me presenta, distintas entre si algunas de ellas pero las de sufrimiento tal vez sean de mayor impacto, hermoso sería que no existieran miradas tristes, que todos los niños del mundo siempre pudieran disfrutar de alimentos mínimos necesarios que les permita un sano crecimiento, pero por desgracia no es así y entonces tampoco comprendo porque ha sido así siempre.
A los tres años el niño debe soñar, imaginar y crear un mundo feliz un mundo tal vez imposible, pero soñar, pues los sueños son el punto de partida de todas las ideas, soñar es gratis y de esos sueños puede surgir una realidad alcanzable, una realidad práctica, una realidad que nos permita adecuar este mundo de la mejor manera, cierto es que los sueños, sueños son, pero no debemos olvidar que un niño de tres años es un maestro en el arte de imaginar y solo con imaginación es que podemos transformar el mundo.
Juntos varios niños tomando agua de un simple grifo, imaginarán que están bajo una cascada hermosa en algún lugar que bien puede ser un paraíso terrenal, juntos pueden practicar la música imaginando que a futuro formarán un exitoso grupo musical, juntos pueden penetrar en el mundo de los libros.
Con esta imagen se robustece aquel principio: “Uno para todos y todos para uno” con la sencillez que nos regalan nuestros niños de tres años, creo que es momento de imitarlos de la mejor manera, sigamos siendo niños y preguntemos a todo mundo lo que debemos hacer en función de los problemas que nos subyugan, volvamos a esa edad de las preguntas, en algún lugar encontraremos respuestas, pero, practiquemos el arte de imaginar en todo momento como si contáramos solo con tres años de vida, o casi.

lunes, 8 de abril de 2013

Un ángel llega


Por: Julio Torres.
Un ángel llega y se hace cargo de una nueva vida que ha estado modelando con todo cuidado y cariño una madre, como muchas o casi todas las que existen sobre la tierra, pero habremos de recibir a ese ángel que viene con la misión de vigilar y proteger esa nueva vida, y que el trabajo escultural sea lo suficientemente efectivo, así lo ordenan los cánones divinos, desde el día en que un esperma elegido penetra en un ovulo determinado dando inicio a un nuevo milagro de vida.
Sabemos que dentro del vientre materno ocurre ese milagro de vida por medio de muchos eventos previstos con una precisión asombrosa, paulatinamente modelan una escultura que después de algunos meses dejará de ser dependiente del “jardín del Edén” donde se encuentra, luego será expulsada y comenzará a enfrentar y resolver los problemas que implica la vida de este mundo en el que todo tiene una forma.
Con la tecnología de este siglo es muy fácil observar lo que ocurre dentro del vientre materno, aún con los avances tecnológicos actuales el evento del embarazo sigue sorprendiendo a chicos y grandes, se percibe como una fantasía cinematográfica en quienes carecemos del conocimiento médico mínimo.
Llegado el momento de ingresar a este mundo, suele ocurrir frente a muchas personas como si se tratara de una comisión de recepción, aunque en ciertos casos el nacimiento ocurre de manera solitaria, como si desde ese momento se decretara enfrentar los conflictos de vida de manera personal y sin ayuda de sus iguales.
Algunos tienen la fortuna de alimentarse desde el primer momento por medio de la madre, siendo tratados con toda la ternura y todo el amor que solamente ellas pueden dar, lo que es calificado como un excelente ingreso a este mundo fabuloso, aunque algunas veces nos quejamos de nuestra suerte o mala fortuna, casi nunca agradecemos las bondades con que nos obsequia el comité de recepción.
Otros enfrentan desde el primer momento situaciones de riesgo pues por causa desconocida o con cierta lógica, esos recién nacidos son colocados en aparatos especiales que regulan temperaturas que no fue posible obtener durante el embarazo, además de obtener las primeras dosis de alimento por medios artificiales.
Se hace necesaria una vigilancia especial hasta el momento en el que el recién llegado pueda valerse por si mismo en función del proceso de alimentos, en caso de suerte contraria, el trabajo realizado por el esperma elegido, con el trabajo restante del milagro de vida, resulta triste simplemente, el llegar a esta vida con muchas deficiencias redunda en la pérdida de la vida que tanto trabajo requirió.
Cuando se conecta la piel de la madre con la del bebé pareciera que se realiza una comunicación muy especial, hay quien asegura que una mamá es capaz de identificar la textura de la piel de su hijo como lo hace con el tono de voz de entre voces de muchos niños de la misma edad sin temor a equivocarse, de igual manera el niño distingue el olor de mamá, así como su voz, yo no se si lo que digo tiene fundamento científico, solo afirmo que eso lo he visto en muchos lugares, cada niño y cada mamá se identifican mediante una técnica que no conozco.
Una mirada como esta nos invita a una retrospectiva del proceso espermatozoide, ovulo, gestación y nacimiento, que como una gran fábrica, la participación de miles de operarios hicieron posible que se dibujara esa mirada, esa sonrisa, esa vibración que interpretamos como amor, nada justifica que ese trabajo se destruya solo por las debilidades humanas de cualquier índole.
Creo que puede ser conveniente regresar a ese ángel que llega con la consigna de cuidar y guiar a ese nuevo ser humano, que tiene la tarea de cumplir con una lista de actividades que habrá de realizar durante un tiempo determinado, y evitar en la medida de sus posibilidades que esa vida se termine antes de tiempo, por iniciativa propia o por agentes externos, pero que debe cumplir puntualmente como fue diseñado y de esa forma entregar cuentas a quien haya que entregarlas en el momento y lugar destinado y poder declarar, he cumplido con mi trabajo, para eso he llegado.