viernes, 20 de marzo de 2015

Vicio,pasión y fanatismo

Cuentos y más
El vicio, pasión y fanatismo
Por: Julio Torres
Vicio, pasión y fanatismo, pareciera que estoy hablando de “pecados capitales”, pero de ninguna manera, hablo de vicio, pasión y fanatismo, como tres factores que más han dañado a la humanidad desde que se tenga memoria, y claro, me dirá usted que prácticamente se trata de lo mismo con distinto nombre, sin embargo, quiero acudir a una cita de Confucio cuando señala que: Los vicios vienen como pasajeros, nos visitan como huéspedes y se quedan como “amos” que nos dominan sin remedio.
Hacer una lista de los vicios puede complicarnos la idea de este
reportaje, pienso que cada uno de nosotros debemos pensar en una actividad personal que nos ubique en el nivel de vicio calificado consciente o inconscientemente; ya sea el fumar, beber y hasta comer, de manera que la mejor forma de hacerme entender es haciendo una definición de lo que entiendo por vicio que no es otra cosa que “el contentar mis deseos”.
Quizás una taza de café después de una magnífica comida sea lo más
adecuado y acompañada de una copa de un coñac de mediana o gran calidad, conforme a las reglas viticultoras conocidas, y cerrando el cuadro con el humo y aroma de un excelente tabaco, así que, café, coñac y tabaco nos va a proporcionar una gran satisfacción además de una “imagen social” relevante.
Hasta este momento esta pequeña celebración puede considerarse inofensiva y todo termina cuando se da por terminada “la celebración” y como en los cuentos, “vivieron muy felices”, pero resulta que a alguno de
los comensales, le quedó un pequeño espacio que merece una segunda o tercera copa de coñac y pues, pedir otro café y otro tabaco y la acción se puede repetir una y otra vez, tantas veces como se requiera “contentar el deseo”, en ese momento cruzamos la delgada línea entre el gusto y el vicio.
La pasión generalmente la vinculamos con el enamoramiento, pero en este caso, implica contentar el deseo y si se pierde la dimensión de esa pasión, sin remedio nos conduce al vicio de la pasión, pero tal vez el más
peligroso de todos sea el fanatismo, porque el juego nos fanatiza, la religión nos fanatiza, “la jugada del dominó” también nos fanatiza, inclusive la lectura, en fin, todo cuanto podemos implementar puede apasionar, y entonces ¿Qué hacer?
Regresando al pensamiento de Confucio: Los vicios vienen como pasajeros, nos visitan como huéspedes y se quedan como amos. Así es, nos manejan como si fuéramos sus fieles sirvientes, capaces de sucumbir al menor mandato, si se trata del tabaco y se ha terminado a las dos de la
madrugada, lo conseguimos con la audacia de un adolescente, si la pasión por la amada se exagera lo suficiente, nuevamente resultamos “atrapados” pero el fanatismo es quizás el peor de todos porque el papel que la conciencia juega puede aniquilarnos irremediablemente.

El consejo adecuado creo deberá ser el siguiente: vicio, pasión o fanatismo exagerado resulta nuestro gran enemigo, pero no debemos tratar de erradicarlos, simplemente controlarlos, y no permitir jamás que ellos nos dominen, no olvidar que ese es el trabajo de nuestra conciencia, la que nos indica el camino correcto en cada uno de nuestros actos, escuchemos la voz de la conciencia como si se tratara de la voz Divina que nos indica que hacer y cómo hacerlo, no dejen que vicios pasiones y
fanatismos se conviertan en amos y dueños de su vida, alguien dijo: “Es un lujo estar vivos, es un privilegio poder amar”.

lunes, 16 de marzo de 2015

La Nueva jerusalén

Cuentos y más
La nueva Jerusalén
Por: Julio torres
Mucho se ha escrito y dicho de la nueva Jerusalén, pero en realidad se trata de una ciudad simbólica y no de una ciudad real y tangible, lo que ocurre es que la humanidad siempre está esperando que alguien le resuelva de manera mágica sus problemas y sabemos que ese es uno de los grandes problemas de la humanidad; la nueva Jerusalén es mucho más que una fantasía.
Son doce los barrios que componen esa nueva ciudad y llegar a cada barrio implica elegir uno de los caminos que nos permita ingresar, uno de esos barrios simboliza la abnegación y la fidelidad, la templanza y la castidad, la justicia y la equidad; todas estas virtudes se manifiestan por
medio del dibujo o de la pintura, es el arte que presenta a los ojos un cuadro palpitante de los hechos o personas que existen o que fueron y todo lo bello, terrible o instructivo el espacio, o lo que sucede en el tiempo.
Otro de los barrios está dedicado a la vigilancia y percepción, al orden y la armonía, no es difícil de interpretar que se trata de la música como bella arte primaria que junto con el canto, cualidades inherentes a los seres humanos que con su fina percepción, castidad en los conceptos,
templanza en las emociones y gran vigilancia que evita que alguien destruya la armonía y que reine el orden en el barrio.
Un tercer barrio está dedicado a embellecer el camino de la esperanza que conduce a la inmortalidad y ofrece en su límite externo la palabra fortaleza junto con la verdad, es el barrio de la escultura, otra de las bellas artes primarias como materialización sublime del pensamiento y que la esperanza simplifique la conquista de la inmortalidad.
Un cuarto barrio se encarga de la simpatía que nos conduce a la puerta de la fe, y el celo y la libertad juegan un papel muy importante, es en este barrio donde la poesía cultiva las bellas letras que ganan los corazones con la simpatía y  el celo por la libertad hace que sus habitantes entonen el himno de la esperanza que la inmortalidad recompensa.
Y es el quinto barrio el que se encarga de la fraternidad ya que proclama la dignidad y la pureza como base del trato humano con el que ganamos amigos y conservamos los que ya tenemos y el sexto barrio se deberá encargar de la industria y la analogía, allí se manifiesta la paciencia y la
fuerza, pero el séptimo barrio busca la unión por medio de la tolerancia y la paz.
Así es como se encuentra la Nueva Jerusalén con el resto de los barrios hasta completar los doce en los que se muestran los asuntos de la memoria, la ciencia, la gastronomía por medio de la prudencia y la salud, la perfección y la modestia, el candor y la limpieza, donde rige el honor como parte de la cultura.

Todo lo anterior es parte de esa Nueva Jerusalén  que nada deja de manejar, pues todos los temas resultan igualmente importantes, de manera que reitero. La Nueva Jerusalén es simbólica, de ninguna manera existe físicamente, lo mejor que debemos hacer es tratar de comprender puntualmente lo que este simbolismo trata de decirnos, ya que comprende todos los conceptos que el ser humano requiere en el objetivo de la búsqueda de la felicidad.