jueves, 8 de diciembre de 2011

El niño pregunta


Todos los niños del mundo y cada uno de ellos lo hacen por medio de su idioma, de manera que no existe diferencia entre los niños del norte o del sur, ni de este lado del mudo con el del extremo contrario, el niño pregunta y ya.

Mi nieto de tres años me pregunta: Papá ¿Qué es diluviar? Y después de la pregunta no pude evitar un largo silencio y reconozco que no encontré de momento que contestar.

Como estrategia de defensa, le dije al niño que recurriera al diccionario y por toda respuesta recibí una sonrisa tierna y cariñosa, de inmediato comprendí que de ninguna manera el niño podría consultar el diccionario, ni siquiera sabe leer.

El niño se dirige con decisión a mi pequeña biblioteca, comienza a buscar en el diccionario más voluminoso y con sus deditos recorre una y otra página, con resultados no muy satisfactorios.

Luego busca en otra enciclopedia y parece que la palabra no aparece por ningún lado y el niño comienza a desesperarse, se le nota en la cara una especie de angustia que nunca antes había visto en él.

Toma el teléfono y marca una serie de números y después de unos instantes marca otros y otros y no puede conseguir comunicarse con nadie, se dirige a la salida de la habitación y luego se arrepiente, camina hacia otro lado sin saber que hacer exactamente.

Se detiene en el centro de la habitación y revisa todo cuanto hay hasta que decide ir directamente a la computadora, la pone a funcionar y como todo un experto comienza a recorrer la red hasta que se detiene en una página.

Parece que no le convence ninguno de los resultados, me resulta fascinante ver como el niño maneja la computadora, moviendo sus manos con tal maestría que me ha dejado maravillosamente fascinado.

Luego parece que ha encontrado la página adecuada y con mucha alegría mueve las teclas del tablero, se desplaza hasta la impresora y la pone a funcionar con gran maestría y todo indica que ya ha encontrado la respuesta a la pregunta que me hizo.

Como se dirige a la habitación donde me cuestionó, traté de esconderme y evitar que descubriera que lo estuve observando cuando buscaba en el diccionario, luego en la computadora, trataré de sorprenderlo un minuto más tarde.

Donde me escondo es un lugar oscuro, de momento, siento que me mueven la cara y me tocan el hombro, es mi nieto que trata de presumir que ya ha podido manejar mi teléfono celular, y quiere que escuche otro sonido cuando entra una nueva llamada.

Creo que mi imaginación me trasladó a sueños increíbles, tal vez, mi propia imaginación me condujo a soñar que mi nieto era un niño prodigio, de manera que me quedo con mi magnífico sueño.

martes, 6 de diciembre de 2011

Blanca Nieves

Tal vez el cuento de Blanca Nieves sea uno de los más divulgados en sus distintas versiones y en todos los idiomas, pues el deseo de soñar sigue y seguirá vigente por toda la eternidad, supongo.

El sueño de toda jovencita es y ha sido la esperanza de que algún día llegue hasta ella un príncipe que la desposará con todo el protocolo de un reino inexistente en la vida real, pero que en su imaginación ha estado presente desde niña.

El epílogo esperado y soñado “y fueron muy felices” es tal vez lo más grandioso del momento culminante a la consumación de la tan deseada boda.

Este cuento expone de manera maravillosa el conflicto social, que implica la búsqueda de la posición social y económica a que se puede aspirar, sobre todo cuando la realidad mantiene a una jovencita muy lejos de alcanzar una historia como esta.

La historia de “mujer bonita” que el cine de Hollywood nos entregó hace algunos años es una muestra evidente de la historia de Blanca Nieves, que hizo soñar a una buena cantidad de mujeres de todas las edades.

Es un tanto triste que el espectáculo cinematográfico, nos entregue en un 90% de su producción temas de guerra y destrucción aderezados con escenas que bien pueden calificarse de pornografía.

Indudable es que los temas bélicos son muy solicitados y con el complemento de bellas mujeres y apuestos caballeros, llenan las salas cinematográficas y hasta el cine en casa con sus respectivas copias pirata.

Creo que me quedo con historias como la de Blanca Nieves, que evitan la destrucción no solo de las personas sino de la infraestructura de los reinados de la imaginación, porque soñar es una necesidad, soñar nos conduce a la felicidad.

El cuento de Blanca Nieves está listo y preparado a soportar cualquier adaptación con la tecnología moderna y le aseguro que resultará tan exitosa como cuando se contó hace cientos de años.

Nuestro mundo real muchas veces se torna muy difícil de vivir, sin embargo, debemos continuar, de manera que nunca está demás una historia de sueño, una historia de esperanza, una historia que nos haga soñar.

Debemos recordar que soñar es una condición fundamental, que permite crear una idea y esa idea se convierte en una historia, que cumplirá perfectamente en los sueños de todo ser humano.