miércoles, 15 de abril de 2015

Cuba la bella

Cuentos y más
Cuba la bella
Por: Julio Torres
En estos días ha vuelto a colocarse en las noticias de ocho columnas la isla de cuba por el saludo y acercamiento de los mandatarios de Norte América y Cuba, y no he podido resistir la tentación de hablar un poco de muchos amigos entrañables que conocí desde la década de los cincuenta y durante las décadas siguientes, con la aclaración de que nunca he estado en esa isla y esa bella ciudad de la habana, pero si tengo algunos datos que me parecen importantes en estos días.
La alineación  estratégica necesaria en el objetivo de conquista se llevó a cabo en esa isla y todos los acontecimientos ocurridos en estas tierras se procesaban en la isla y después enviarlos a los reyes católicos, así que los amigos cubanos que conocí a partir del año 1955 me entregaron todo un panorama de la isla en esos tiempos.
No puedo dejar de mencionar la trascendencia de la música de esos tiempos que trajeron muchos cubanos y las grandes enseñanzas de los menesteres del espectáculo que uno a uno fue dejando huella en cada
escenario de México en que se presentaban, debo abonar mi apreciación en el sentido de que la música del “mambo” que sin afán de exageración lo considero un “parte agua”, es decir, que la música bien se puede dividir en un antes y un después del mambo.
En la década de los sesenta, incursioné en el ambiente de la televisión de aquellos tiempos, del “nostálgico blanco y negro” cuando estábamos

muy lejos de imaginar la tecnología de hoy, la programación  era muy pobre, pero hecha con todo el amor y candidez que nuestra edad nos permitía, no niego que fuimos aprendiendo sobre la marcha y muchos artistas llegados de Cuba, entregaban junto con nosotros lo mejor de su talento, aunque ya se había instituido en la isla el régimen de Fidel Castro.
Pero ellos, los cubanos que lograron llegar a estas tierras, cargaban en su
“morral” todo el entusiasmo de esa tierra que poco a poco nos fue entregando y juntos logramos éxitos que nos marcaron, a ellos y a nosotros, quizás criticamos entonces el que el nuevo régimen había “apagado” la “chispa cubana” que tantas alegrías proporcionaba, pero allí estaban ellos, trabajando intensamente tratando de dar lo mejor de cada uno.
Los años siguieron su curso y a finales de los años setenta volví a ver un
espectáculo de música y danza cubana, ahora con nuevas generaciones y me sentí un tanto triste porque aquella alegría que mostraban los conocidos míos ya se había perdido, pero un detalle que me sorprendió es que ninguno de esos muchachos del grupo hablaba mal de Cuba, al contrario, elogiaban con entusiasmo lo ocurrido en la isla y mostraban una felicidad poco conocida por mí entonces.
En Cuba se transformó el sistema educativo, la nueva generación está muy bien preparada en muchas ramas de la ciencia, pareciera que dejaron guardados los instrumentos musicales o todo lo que se refiere al espectáculo, sin embargo sé que prevalecen los grupos musicales y la esencia del cubano sigue y quizás seguirá brillando en las marquesinas de todo centro de espectáculo por lo menos en este nuevo mundo porque, su estilo de hablar y su estilo de vida solo ha sufrido pequeñas variantes.

En verdad deseo que las cosas cambien como lo apuntaron los presidentes y que regrese la gran alegría y entusiasmo que solo ellos, los cubanos pueden regalarnos y que se comience a escribir la siguiente parte de la historia de la isla y que nos permitan conocer esa parte que nosotros no conocemos y aunque criticable, también entregó buenos números, creo que el cubano de hoy nos puede entregar su experiencia bajo un régimen como el que han vivido, finalmente deseo que ya aparezca el nuevo día de Cuba la bella.

domingo, 12 de abril de 2015

Honor, virtud y justicia

Cuentos y más

Honor, virtud y justicia
Por: Julio Torres.
Esta es la mejor definición de la conciencia, encuadrada en el departamento de los instintos sociales, se escucha bonito ¿No le parece? Pero una mala educación todo lo envilece, sin duda la conciencia es nuestro propio juez, ya que nos ayuda a conocer lo bueno y lo justo, manejando la inteligencia que crea las artes y las ciencias conforme a los conceptos: Honor, virtud y justicia, y reafirmando que todos los seres humanos nacemos libres, iguales y fraternos.
Como un buen propósito pediré a mi conciencia que me permita respetar los derechos de mis amigos, parientes y hermanos, de manera que el
concepto hermandad se cumpla como debe ser, y me permita cumplir con mis deberes, facilitarme el estudio de mí mismo que me auxilie en el proyecto de corregir mis defectos, disimular los de amigos y hermanos, pero aconsejarlos en la búsqueda de su evolución e indagar la forma de destruir los engaños que desvían la inteligencia y buscar una guía mientras esa facultad se desarrolla en mí.
La conciencia es como un maestro secreto que nos indica lo que es bueno y conveniente; pero en los actos del pensamiento, surge una palanca poderosa, fuerte y violenta a modo de rayo, conocido como la inteligencia, que ayuda a la conciencia facilitando la obra, por lo tanto podemos asegurar que estas dos grandes facultades colocan al ser humano en actitud de ser feliz y útil a sus semejantes.
El albedrío nace de la inteligente combinación de ideas, como la luz nace de la combinación de los siete colores primarios, de manera que si no
existe inteligencia no puede haber albedrío; el ser humano se distingue de los demás seres, sus impulsos son solo instintivos por la facultad de controlar esos instintos y su libertad de actuar de acuerdo con los impulsos exteriores o interiores y aún suprimirlos cuando la razón y la inteligencia se lo aconsejen.
La justicia es la voluntad de vivir honestamente, no dañar a un tercero y procurar el equilibrio entre el derecho propio y el ajeno; no podemos vivir aislados, hemos nacido como parte de una sociedad con el objetivo de ser útiles a nuestros semejantes y procurar ser justos; la conciencia desempeña un papel muy importante; nos sirve de guía, indica el camino que nuestra inteligencia examina y que la voluntad escoge; la tendencia final es la justicia, aspiración difícil, pero muy noble, los seres humanos
necesitan ser iguales y alcanzar la igualdad solo se consigue cuando sean justos.

Honor, virtud y justicia se traduce en progreso individual, necesario en la evolución social, así es el trabajo de la conciencia, como fuente de conocimiento reflexivo convirtiéndose en el mejor y más elocuente auxiliar de todo ser humano, porque le traza el camino por el cual puede llegar a ser útil a sus semejantes, labrando su propia satisfacción, porque utiliza adecuadamente las facultades que lo distinguen del resto de las
especies vivas.