Declaré en un
artículo anterior que si por casualidad o por causalidad me encontrara una vez
más con una mujer Aries, pienso que ahora estoy más preparado y sostener una
relación amorosa con mejor éxito que en su momento lo experimenté, pero
insisto, nada de lo vivido con una maravillosa mujer Aries, lo cambiaría ni un
centímetro se lo aseguro.
Otra de las cualidades de esta
maravillosa mujer, es que su velocidad mental cautiva a todo hombre, claro si
es que se quiere sentir amado profundamente, pero nunca intente tratar de
controlarla, deje que sea ella la que tome la iniciativa, difícilmente se
equivoca y si de distribuir los dineros se trata, abiertamente se puede confiar
en ella, hasta ahora no entiendo cómo es que lo hacen, pero es como si tomaran
una varita mágica a la hora de hacer el gasto diario.
Jugar al papá y a la mamá es fabuloso,
pero debe estar alerta y detectar el momento que ella decida tomar la
iniciativa, no se asuste, no pasa nada, es más, le sugiero que se deje conducir
porque la experiencia va a resultar muy rica en el proceso y en el resultado,
claro que habrá de cuidar la privacidad necesaria en el caso, pues no es muy
audaz si se siente vigilada.
Una buena forma de jugar con ella en los
menesteres conyugales quizás deba ser en lugares distintos al entorno familiar,
ella prefiere no arriesgar el ser descubierta, y hablar de estos asuntos es
mejor hacerlo en privado, de ninguna manera es conveniente hacerlo
abiertamente, salvo que se hable de ello en forma disfrazada o con palabras
encubiertas.
Si una mujer Aries le declara que está
enamorada de usted, no lo piense mucho ya que su audacia llega hasta ese punto
y lamentable es que muchas veces ello se interpreta de manera equivocada con
resultados bastante desagradables.
No sucede nada si permite que esa
maravillosa damisela le declara su amor, lo que ocurre es que se desespera de
que el “galán” no se decide a cortejarla abiertamente en su momento y debo reconocer y aceptar que
en realidad nunca tuve el valor de expresar mi deseo a una maravillosa mujer
Aries y lamentablemente la perdí sin remedio, con la consiguiente frustración.
Me prometí entonces nunca más cometer el
mismo error y cuando se repitió la oportunidad, simplemente me entregué sin
reserva alguna permitiendo que fuera ella la conquistadora y le aseguro mi
querido lector que nunca me arrepentí de haber tomado esa decisión.
Desde luego que mi pobre experiencia, por
edad claro, impidió que ese romance perdurara lo suficiente y a estas alturas
reconozco que esa inexperiencia fue la causante de la ruptura vivida y que
superar esa derrota me llevo algunos años
y que al paso del tiempo, como dice el dicho “que a toro pasado” todos
podemos justificar que no hicimos lo que debimos hacer en su momento, pero en
realidad es que no contaba con la experiencia necesaria.
Me temo que simplemente no entendí a esa
mujer y hoy ya es tarde, si volviera a nacer, tal vez corregiría el camino sin
pensarlo y sin justificación alguna, de manera que si usted amigo lector, se
encuentra en una situación parecida, le sugiero que trate de no equivocarse,
solo disfrute el amor que tiene frente a usted, el amor de una mujer Aries.