jueves, 22 de diciembre de 2011

Jardinero mi perrito


Visitando a un amigo entrañable que hacía tiempo no veía, quiso el manifestar la amistad que por tantos años habíamos cultivado y casualmente ese día su perrita estaba preparada ya con el momento del parto, es decir, debía dar a luz a sus cachorros.
Me invitó a quedarme en su casa con la finalidad de que participara en el auxilio de la llegada de esos cachorritos, que por meses preparaba el arribo, como si se tratara de seres humanos.
Accedí con gusto, pues en realidad nunca había asistido a un evento de esta naturaleza, y hoy que se presentaba la ocasión, no me la podía perder bajo ninguna circunstancia.
Nos dieron las diez y las once y las doce de la noche, hasta que comenzó el milagro de la vida y comenzaron a aparecer en escena uno a uno cinco nuevos habitantes en el planeta.
Nos acompañaba también uno de sus hijos que igual que yo estaba totalmente asombrado de la maravilla que es ver nacer una nueva vida, la experiencia de mi amigo en la recepción de los recién llegados era muy profesional, sin ser él veterinario.
Esa noche casi la pasamos en vela tratando de arropar a los recién llegados, uno de los perritos me pareció que me miraba insistentemente, y no era que me viera sino que al escuchar mi voz algo le llamaba la atención, mi voz le obligaba a tratar de voltear al origen del sonido.
Por ese hecho mi amigo dijo: ese cachorro es para ti, solo permite que lo amamante su madre y te lo llevo a tu casa y que te acompañe y te avise cuando se acerque algún extraño.
La raza del cachorro no es de gran tamaño, lo que permitió aceptar el regalo, unas cuantas semanas después, mi amigo llegó con el cachorro y me lo entregó diciendo que su hijo  le había bautizado como “jardinero” así que ese es su nombre hasta la fecha.
A partir de ese día comencé a prepararme como aprendiz de veterinario y cuidador de cachorros, actividad que nunca imaginé en mi vida diaria.
En casa existe un pequeño jardín, tal vez suficiente y jardinero comenzó a correr con alegría tal que aquello agregó un valor a mi vida bastante satisfactorio, mis hijos ya grandes habían tomado su rumbo hacía tiempo y mi soledad se cubrió a partir de ese momento.
Después de algunos días, la persona que atendía el jardín de la casa me hizo ver que el cachorro había destruido algunas plantas y flores, que lo mejor sería sujetarlo con una correa.
Así lo hice, pero en los días siguientes observé que “jardinero” mostraba una tristeza que no puedo explicar, entonces decidí que nuevamente debía estar libre y de inmediato su alegría regresó, lo cual me obligó a decidir dejarlo libre por siempre.
A la mañana siguiente observo que “jardinero” estaba bastante sucio, como si por la noche hubiera estado jugando con tierra, ladraba con cierta desesperación, me condujo hasta su casita, había colocado unas flores agrupadas como un arreglo floral, a su manera, me mostraba las flores,  accedí a sentarme junto a su casa y se colocó en mis piernas como un niño cariñoso, como lo hacía el menor de mis hijos cuando partió a buscar su destino. 

domingo, 18 de diciembre de 2011

El viaje


Escucho el sonido del despertador y abro los ojos demasiado rápido, más rápido de lo habitual y veo que me encuentro en un lugar desconocido, nunca antes he estado en un lugar como este, es como un gran jardín, percibo el aroma de las rosas muy fuerte.
Es un espectáculo increíble, el sol brilla esplendoroso, nunca lo había visto así, y creo que eso es lo que hace que las flores brillen más de lo normal, pero no veo a nadie cerca, quiero saber en donde estoy, y como es que he llegado a este lugar.
En este momento escucho que se acercan personas cantando una melodía desconocida, pero suena bien, por fin veo gente, que posiblemente me pueda informar como se llama este lugar y como puedo regresar a mi casa.
Como ya se acercan trataré de salir a su encuentro, e intentar hablar con alguna de esas personas que visten una especie de túnicas blancas, todos visten lo mismo, como uniforme, casi igual a los que utilizan en las compañías comerciales importantes.
Quiero preguntar al primero que viene en la fila, pero no me hace caso, solo me sonríe y eso impide que me pueda contestar, trato de preguntar a otro y fracaso de nuevo, pero lo curioso es que nadie se niega a contestar, la respuesta es siempre una sonrisa.
Al final de la fila se detiene un joven aproximadamente de mi edad y sin hablar mucho, simplemente me dice, yo te indico por donde debes avanzar, solo sígueme, trato de hablar y preguntar pero no me hace caso y simplemente me indica que lo siga.
Al instante llegamos a un lugar parecido a un cuarto de hotel, pero lo curioso es que no tiene paredes convencionales, son paredes de cristal, esto es como si dentro y fuera de la habitación simplemente fuera de día, pues sigo viendo la brillantez solar y el jardín florido.
Intento nuevamente preguntar al guía pero no da oportunidad y solo me dice, mañana recibirás toda la información que necesitas, yo no estoy autorizado, así que espera hasta mañana, mientras tanto trata de descansar porque mañana te espera un día muy pesado.
Se retira el guía sin agregar comentario alguno y sin saber que hacer me siento sobre la cama que me permite disfrutar el panorama y aunque muy leve, escucho música que más que alegrarme produce en mí una paz muy extraña.
Lo anterior me adormece sin sentirlo y no se en que momento pierdo totalmente la conciencia de estar despierto, hasta este momento en que despierto, veo frente a mí, una persona que le encuentro familiar, pero en realidad no se de quien se trata.
Después de un instante como si estuviera esperando que me despertara totalmente me dice: ¿No me recuerdas? He estado junto a ti todo el tiempo y ni siquiera me reconoces, en cambio yo sí se quien eres, como te llamas y ahora te explicaré lo que haces en este lugar.
Me dirijo a esa persona y le explico que aunque me parece muy atento, también muestra una especie de misterio que no comprendo, y le digo que quiero que me diga donde estoy.
El, se concreta a preguntarme: ¿Qué es lo último que recuerdas antes de llagar aquí?
Recuerdo un cuarto de hospital, donde nunca supe si era de día o era de noche y nada más, entonces: ¿Estoy muerto?
No, solo estas en otra vida.