martes, 20 de noviembre de 2012

Libertad infantil, libertad de imaginar


Por: Julio Torres.
No tengo noticias de si algún lector ha experimentado la curiosidad de lo que pasaría si en este momento por algún método desconocido existiera la oportunidad de regresar a los primeros años de su vida, claro, con las limitantes que una edad de tres años implica, pero con la experiencia actual sin tocar para nada el nivel académico.
Reconozco que esta idea es un tanto utópica, pero en este momento trataré de hacer una retrospectiva hasta mis tres años, tal vez no recuerde a detalle mi caminar por este mundo, pero si están guardados muchos recuerdos hermosos de ese tiempo que ahora describiré:
En el pueblo que nací hace muchos años, existía un tranvía que funcionaba con el tiro de dos o cuatro “mulitas” y experimentaba una gran velocidad que hoy entiendo no debió ser mucha pero representaba mucha alegría el ver como dicho tranvía se desplazaba alegremente en las vías a lo largo de tres kilómetros entre mi pueblo y el pueblo vecino, ambos maravillosos.
Como mi mamá quedó viuda cuando yo nací, entiendo que me fue entregado un gran paquete de ternura que quizás “robé” a mis hermanos, pero a esa edad no era capaz de comprender el privilegio de ser el más chico de la familia y por ende, el que acaparaba miradas.
Dentro de esa corta edad se me ocurrió reproducir el tranvía pero de manera tridimensional y pedí a mamá consiguiera una hoja de cartón que recortándola de manera inteligente se podrían pegar las partes con pegamento casero hecho de harina hasta lograr la reproducción a escala de ese maravilloso tranvía, donde además el proyecto exigió la escultura de las “mulas” que debían mover el transporte.
Recuerdo que en mi mente estaba grabado con lujo de detalles cada rincón del tranvía, con los asientos, estribos y mecanismos de mando, cada vez que pedía a mamá hacer el viaje era porque necesitaba revisar cada detalle y que se grabara indeleblemente en mi memoria.
Después de muchos viajes, logré hacer un mapa imaginario de lo que había de trazar en cada una de las partes, recuerdo que no hubo grandes problemas, el conflicto se produjo al tratar de trazar las figuras de las mulas de arrastre y estuve a punto de abandonar el proyecto pero, mi mamá con habilidad sacada de no se donde, logró que mi idea se realizara satisfactoriamente.
Cuando le dimos movimiento a ese tranvía creo que también mi mamá brincó gustosa de ver el proyecto terminado y ambos nos felicitamos por el resultado obtenido, no recuerdo si mis hermanos nos felicitaron, esos protocolos no estaban en mi archivo personal, pero no importaba, mamá y yo habíamos hecho realidad algo que nació en mi imaginación.
Ahora comprendo que mamá simplemente creyó en mi libertad de imaginar, tal vez la sorprendí al imaginar proyecto tan ambicioso a mis tres años, lo verdaderamente importante es que creyó en mi; pudiera ser que esa experiencia me haya marcado desde niño con la obligación de creer en todo lo que la imaginación me dicta, a lo largo de mi vida simplemente he imaginado y después lo realizo.
Comprendo ahora que lo sucedido no es otra cosa que la libertad infantil que a diario practica la libertad de imaginar y cuantas veces no nos detenemos a pensar que nuestros hijo imaginan siempre, que a cada momento están creando cosas y cuantas veces también despreciamos esas señales con la justificación de que estamos muy ocupados.
Amigo lector o amiga lectora, traten de escuchar a sus hijos, en verdad, todo el tiempo están imaginando, todo el tiempo están creando soluciones, inclusive creaciones que los adultos desechamos por el simple hecho de que a nosotros no se nos ha ocurrido, o como declaro arriba: Porque “estamos muy ocupados” observemos mejor la libertad infantil, la libertad de crear y si es posible, regresemos a los tres años de edad, volviendo a ser libres, la libertad es creatividad, la libertad soluciona todos los problemas, sin libertad nos convertimos en esclavos.
Tratemos de comprender lo que es ser libre, desde la primera edad.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Los tres, los cinco y los siete años


Por: Julio Torres.
Tres, cinco y siete años de edad en un niño pudiéramos decir que es uno de los procesos más hermosos que la vida nos presenta, el niño de tres años nos sorprende con una serie de preguntas que muchas veces no sabemos como contestar y todo porque nos olvidamos muy pronto de nuestra infancia, como si esa fuera una condición humana inapelable.
¿Por qué se hace de noche papá? Creo que todo papá se ha encontrado con esa pregunta y la dificultad de emitir una respuesta convincente que espera el niño, y sucede que en realidad el niño de tres años solo espera una respuesta cualquiera, pues todavía se encuentra en una etapa en la que muy poco le importa el comportamiento del sistema planetario.
Así como pregunta por el día y la noche, lo puede hacer con la causa de la lluvia, el viento o de cualquier fenómeno que pueda apreciar, pues su prioridad es saber de todo lo que está conociendo, de todo lo que su medio ambiente le presenta ante sus ojos y sencillamente es que está aprendiendo sobre lo que la vida le presenta.
Muy bien podemos calificar la actitud de un niño de estas características como la duda que la vida presenta, hasta podemos llamarle duda filosófica, porque nada impide cuestionar, nada impide preguntarse tal o cual cosa y no se trata de que el papá se convierta en un maestro, ya que el mismo niño va a encontrar las respuestas adecuadas y todas ellas conforme a su edad y conforme  la manera como dicho niño ve el mundo que le rodea, el mundo que está descubriendo.
A medida que los días se acumulan en la vida de ese niño, es claro que las preguntas van cambiando, pero es él quien sistemáticamente encontrará las respuestas que considere adecuadas, creo que vale la pena analizar cada una de las preguntas que un niño de estas características nos presenta y tal vez con ello logremos regresar a nuestra infancia como medida de aprendizaje y evolución personal.
Los años pasan y a la altura de los cinco años el mismo niño va comprendiendo que posee una inteligencia pues ya no solo pregunta la causa de la noche, su inteligencia le indica que existen otros caminos que le permitirán descubrir de que se trata eso del día y de la noche, aunque no lo comprenda totalmente, su propia curiosidad le conduce a los caminos adecuados que le permitirán conocer más.
Curiosamente descubre que de alguna manera cuenta con el valor necesario y se atreve a hacer cosas que antes temía realizar, quizás intuitivamente acepta que su comportamiento debe ser con determinadas reglas que más adelante reconocerá como sistemas rectos de comportamiento y con la prudencia necesaria que le permitirá hacer las cosas con los mecanismos establecidos que propician un comportamiento adecuado en la sociedad.
Comprende además el concepto “ayuda” que en términos generales calificamos como filantropía, ahora entiende que es un deber humano ayudar a sus semejantes, con los errores que implica la edad, pero eso será el principio del camino hacia la comprensión de lo que dicta nuestra especie, ahora conocerá  las normas de conducta que exige el vivir en sociedad.
Se comprende entonces que el niño en cuestión ya está transitando en el nivel de los cinco años de edad, pero su curiosidad afortunadamente no termina,  y es esa curiosidad la que lo conduce a mayores descubrimientos, pero esta vez, con argumentos más precisos, tratando de encontrar la mejor respuesta a la duda que le invade.
Ahora ese niño que se preguntaba lo que causaba el día y la noche ha crecido en edad pero también ha aprendido muchas cosas y todas ellas necesarias en el proceso de su vida, tal vez todavía son pocos años, siete y no más, que se consideran la puerta de ingreso a la valiosa juventud que solo ocurre una  vez y nunca más regresará, lo cual nos obliga a trabajar con inteligencia y rectitud en la educación de nuestros niños, porque en esos tres, cinco y siete años es donde se forja el buen ciudadano, el buen hombre o mujer que continuará la obra de nuestros ancestros, con el valor, la prudencia y la filantropía necesarios de todo buen ciudadano.
Bien podemos afirmar que lo escrito es el principio del gran reto para todo ser humano como lo es el conocerse a sí mismo y cuando se logra, el triunfo se torna cotidiano.

miércoles, 16 de mayo de 2012

El hombre es dual


Por: Julio Torres.
Se dice que el hombre es dual, que es un alma encerrada en una forma material, por medio de ella expresa su personalidad, hasta ahora solo hemos explicado parcialmente la manera de manifestarse el espíritu, pero se comprenderá que por medio de sus frecuencias vibratorias produce la manifestación de la materia en sus diferentes formas.
Es muy importante no perder de vista lo que declaramos desde hace algunos reportajes en el sentido de que: “Dios entregó al cuerpo del hombre hecho de barro el aliento de vida y el hombre se convirtió en alma viviente”.
De acuerdo al escrito bíblico, el hombre se convierte en alma viviente cuando el aliento de vida entra por su nariz, en un reportaje futuro hablaremos de la importancia del estudio de la respiración que es lo que nos mantiene en realidad con vida.
Desde luego que no lo trataremos desde un punto de vista místico ni filosófico, sino en una forma muy práctica, debido a su relación con la fuerza de vida y con el alma del hombre, por ahora solo consideraremos como un punto de vista de una ley fundamental: El aliento de vida.
Posiblemente todos hemos escuchado y hasta nos han convencido de que la respiración es necesaria para la vida, sabemos inclusive, que hasta las plantas respiran para poder vivir, sabemos también que muchas personas tienen que vivir en lugares elevados y otras en lugares bajos con el fin de mejorar su salud.
En algunas personas resulta indispensable vivir permanentemente al aire libre y hasta dormir al aire libre que les permite conservar una muy buena condición física, basado en el hecho o la declaración de que el aire es necesario en la vida.
Tan pronto como preguntamos: Como y por qué, nos vemos enfrentados a muchas explicaciones, muchas ciencias diferentes tienen el mismo número de respuestas diferentes, pero casi todas están de acuerdo en un punto: El aire contiene oxigeno y este es necesario al cuerpo y con ello pueda vivir.
Por otro lado existen estudios que declaran que el oxigeno del aire no es un factor de suma importancia con el que se puede mantener la vida, la medicina y la química en sus tentativas de probar que el oxígeno es la fuente de la vida en el aire, han tratado de mantener vivo a un hombre por medio del oxígeno cuando otros recursos parecían fallar.
Pero el oxígeno también fracasó, si el oxígeno contiene la fuerza vital y es obtenido y administrado tan fácilmente en el cuerpo humano, entonces, no lo necesitaríamos para vivir, por tanto esa teoría no funciona y como muchas otras teorías, no se comprueba a si misma,
Es importante entonces demostrar que existe una cualidad en el aire, una fuerza o energía que produce y mantiene la vida, pero nada tiene que ver con el oxígeno, el aire posee una fuerza que hasta el momento no conocemos y eso es lo que mantiene la vida y mientras más pronto entendamos esto, mejor vamos a comprender que esa fuerza de vida procede de una fuente infinita con determinadas reglas.
Todas las células vibran con una misma y única fuerza, todas ellas respiran, beben y palpitan con la misma energía vibratoria como una unidad, están unidas en tal forma que las hace individualidades no separadas, son unidades verdaderas de una sola masa.
Todos estamos unidos en este universo, así como las células están unidas en una masa de carne y hueso o sangre, la fuerza vital entonces podemos decir que ingresa al cuerpo al momento en que nacemos, al momento en que ingresamos a este mundo, al momento de tomar el primer bocado de aire: “Y Dios infundió en el hombre el aliento de vida y el hombre se convirtió en alma viviente”.
Así lo declaran los escritos del génesis, este asunto lo ampliaremos a satisfacción en el próximo reportaje en que ampliaremos el concepto de la fuerza de vida, hasta entonces.

martes, 15 de mayo de 2012

Macrocosmos y microcosmos


Por: Julio Torres.
Resulta sorprendente darse cuenta de que aunque el cuerpo del ser humano esté físicamente completo al nacer en lo que respecta a su estructura y órganos, aún necesite ese último ingrediente, fuerza, energía o vitalidad esencial que se encuentra misteriosamente oculto en el aire, para hacerlo un ser vivo.
La inhalación del primer aliento es como prender el conmutador que hace funcionar una enorme máquina, la cual, antes de que la corriente eléctrica entrara al motor, no tenía ningún uso, aunque tal vez su montaje presentara una agradable apariencia.
Es muy necesario apreciar la relación que guarda el hombre con el universo, esto se puede comprender fácilmente si cada uno de nosotros recuerda o conoce el concepto que los biólogos tienen sobre las más pequeñas células de vida.
Observar con un microscopio una célula viviente, notaremos que parece flotar en el liquido en que se encuentra situada sobre el cristal del microscopio, es tan pequeña que sin el microscopio no lograríamos ver claramente ni siquiera la gota de líquido en que está la célula.
Ante el microscopio la pequeña gota de líquido se convierte en un gran lago, en el cual podemos ver muchas células flotando, vemos que se mueven con determinada velocidad sobre el líquido, como si fueran pelotas de goma flotando en la superficie del lago.
Un examen minucioso permite ver que las células casi son transparentes y que vibran con una fuerza vital sin que se pueda descubrir que y de donde procede esa fuerza, esa energía, y no queda más remedio que calificarlo como fuerza divina.
Independientemente los biólogos saben que las células están conectadas entre si pero, también se sabe que ninguna de estas células podría vivir ni un instante si se le separa del líquido en el que flota y tiene su existencia.
Todas las células respiran, beben y palpitan con la misma energía vibratoria como una unidad, unidas en tal forma que las hace individualidades no separadas, sino unidades verdaderas de una sola masa, como lo enseña la biología.
La relación del hombre con el universo es idéntica, aún en contra de nuestras creencias preconcebidas, no tenemos individualidad separada en cuanto a nuestra existencia, todos estamos unidos en este universo, como lo están unidas en una masa de carne, hueso o sangre.
Considero que con lo dicho en los párrafos anteriores ya conocemos los términos: “Macrocosmos y microcosmos” que se han empleado en la explicación de la relación del hombre con el universo y el reto es mostrar que no es teoría solamente, sino realidad.
Muchos filósofos en sus escritos antiguos, trataron de aclararnos estas cosas con sencillez, pero su lenguaje oculto o simbólico ha ocasionado malas interpretaciones en algunos estudiantes de ocultismo, que tratan de traducirlos literalmente.
En el hombre todo lo que es real en él y de él es en verdad una parte del universo, en reportajes anteriores se dijo que “el hombre es una alma viviente”, que su cuerpo no es la parte real de él, que la materia es una cosa incidental en su existencia y que el espíritu, es la fuerza que anima a toda la materia, es lo que realmente existe.
El espíritu no cambia, su naturaleza es siempre la misma, pero las formas materiales, las estructuras físicas en las que se manifiesta, cambian continuamente.
Pero el hombre es dual, él es un alma encerrada en una forma material, por medio de la que expresa su personalidad particular, y debido a lo particular del asunto expuesto, considero que es tema del siguiente reportaje al que le invito cordialmente, hasta entonces.

domingo, 13 de mayo de 2012

El final del principio


Por: Julio Torres.
Una vez que hemos incursionado en todos los temas sobre mente, memoria, consciencia, alma, materia, electrones y todo lo que hemos tratado en los últimos reportajes  con todos los obstáculos que encontramos en el camino, hoy quiero sintetizar lo mejor que se pueda con el único fin de dejar en claro el objetivo primordial que es conocerse a si mismo.
Desde la infancia cuando percibimos las primeras impresiones, la información ha sido archivada en nuestra memoria y allí permanece con las imágenes más bellas y las palabras exactas, se ha probado muchas veces que esto que digo es cierto, pueden preguntar a cualquier mamá lo que platican con su bebe y después de años hacen una retrospectiva con resultado sorprendente.
Cuando analizamos la manera de funcionar de la memoria, no queda más remedio que declarar que le debemos regalías a san Agustín, por haber fincado las bases de fabricación del disco duro de las computadoras actuales, pero tal vez él, quedó a deber regalías a quien fabricó nuestro equipo de memoria que sigue vigente.
Dice san Agustín: “Y llegaré a los extensos campos y a los espaciosos palacios de mi memoria, donde se encuentran guardados los tesoros de innumerables imágenes, producidas por todo tipo de cosas percibidas por los sentidos”.
Es importante recordar que san Agustín vivió entre los años 354 y 439, muchos siglos antes de la utilización de la computadora y que ahora podemos comparar a la memoria como el disco duro de dicha computadora.
Luego ingresamos a la utilización de los materiales utilizados en las obras escultóricas importantes, todos hemos admirado esculturas de hombres y mujeres talladas con un parecido maravilloso a los originales, esas obras de los escultores se han hecho famosas, inclusive dichos escultores, por haber duplicado en piedra y otros materiales, la anatomía de los personajes  en su apariencia externa, con parecido impresionante.
Más tarde encontramos datos muy interesantes al investigar las diferencias entre un hombre dormido y otro sin vida, cuando supuestamente analizamos una célula sanguínea del hombre vivo y encontramos que en el centro de esa célula existe un punto que vibra y no así en una célula del hombre muerto.
Y cuando analizamos el comportamiento de los electrones vemos que también ellos poseen una fuerza que en realidad no sabemos de donde procede, igual que el efecto vibratorio en la célula de sangre, de tal suerte que la coincidencia nos obliga a pensar que la fuerza en el electrón y la fuerza en la célula de sangre proceden del mismo sitio, es una fuerza divina.
La fuerza unida de las células sanguíneas es lo que hace posible que la maquinaria del cuerpo humano se pueda mover y realizar las actividades que se le pidan, lo mismo va a ocurrir con los electrones, que unidos  formarán una masa que conocemos como materia y esa fuerza que posee cada electrón es lo que hace que esos cuerpos o masas no se desintegren.
Todos hemos admirado esculturas de hombres y mujeres, el cuerpo humano, cuando no tiene vida su parecido a una escultura es admirable, de manera que una vez analizados los estados de la materia encontramos que la fuerza de vida que contiene la célula sanguínea en su centro, lo mismo que la cualidad del electrón con su fuerza propia y que unidas esas dos fuerzas, se manifiesta lo que conocemos como vida.
Se dice que en el ser humano, en el momento de ser expulsado del vientre materno recibe por medio del aire la fuerza de vida en cada una de las células de sangre y entonces el recién nacido adquiere vida propia ya sin la ayuda del cordón que le une con la madre, en ese momento ingresa a ese nuevo ser su alma personalidad, ya tiene personalidad propia por el resto de su existencia.
El cuerpo se formó previamente con todos los elementos con los que cuenta la materia, cuyo principio es el electrón, que al unirse a otros mediante la técnica descrita en artículos anteriores se forma la escultura planeada.
Una vez que se cumplen los proyectos que en algún momento explicaremos, lo único que falta es la personalidad que se le adjudicará, porque ya ha sido dotado de consciencia que contiene memoria y cinco sentidos que alimentarán esa memoria, el complemento entonces es su alma que lo identificará como ser único hasta el último día de su vida.
Una vez que una persona adquiere los atributos: Consciencia y alma, ya podemos esperar que sea un genio, o un personaje exitoso o simplemente una persona de bien al servicio de sus semejantes, que cumplirá con el trabajo, la lealtad, la imaginación y todos los atributos a los que tiene derecho todo ser humano.
En la manera de utilizar la consciencia y el alma, ya podemos encontrar la lealtad y tantos otros atributos, pero de eso hablaremos en los próximos reportes, mientras tanto, gracias y hasta la próxima.

viernes, 11 de mayo de 2012

Pares e impares


Por: Julio Torres.
La fuerza, el poder y la energía que está en cada electrón y lo mantienen vibrando y moviéndose, es el espíritu, por lo tanto la definición podría ser: “El espíritu es la energía vibrante que fortalece las manifestaciones de toda materia” en su momento hablaremos de todo lo que se refiere a naturaleza y origen.
Si aceptamos que todos los electrones están compuestos de este espíritu, muy pocos de los millones y millones en un espacio pequeño están compuestos de la misma cantidad de espíritu, aunque tienen la misma calidad o en pequeñas diferencias, pero esas pequeñas diferencias en espíritu hace que cada electrón vibre o se estremezca más rápido o más lento que otros.
Por ahora resulta imposible ser exactos en el número de vibraciones, porque varían de cuatrillones a quintillones por segundo, parece que existe una diferencia de solo dos o tres vibraciones por segundo en algunos casos, pero un dato de mayor importancia es que unos vibran con número impar y otros con número par.
Lo anterior es medido en vibraciones por segundo, el resultado se confirma porque algunos se atraen y otros se repelen, los que son número par atraen o son atraídos por los que vibran con un número impar, lo mismo ocurre a la inversa.
Creo que la pregunta sigue siendo: ¿Por qué tratar estos temas materiales cuando hablamos de alma y espíritu, conciencia y demás asuntos? Pues se tratan porque están relacionados, pues la composición de la materia y la naturaleza del electrón están en el mismo estudio.
Es fundamental mantener en la mente que el espíritu, el alma y la consciencia se manifiestan en este plano terrenal a través de la materia, ya que ignorarla y decir que todo es espíritu, que todo es alma, que todo es mente y que todo es Dios es un tanto desventajoso, es como decir la mitad de la verdad.
Ninguna media verdad es suficiente, tal vez una media verdad invite más a la ignorancia que al conocimiento, apartándose de la inquietud y requerimientos del ser humano que siempre antepone el ¿Por qué?
El hombre no crea materia, por lo tanto, no es su privilegio hacerla a un lado y decir que no tiene valor ni utilidad, por otro lado, debido a su ignorancia, el hombre le ha dado mucho crédito a la materia dándole un lugar tan grande en su vida que no hay razón para que gire su actitud hacia ella y se apasione en acaparar.
El hombre primitivo vivió en condiciones deplorables, permitió la insalubridad y gradualmente sufrió las enfermedades con los resultados conocidos, hoy día el ser humano ha demostrado el dominio que ejerce sobre las condiciones antihigiénicas, pero no por medio de negar la existencia sino dominándolas.
Esa es la manera racional en que debemos enfocar el asunto, la materia es un valioso servidor nuestro y en tanto más sepamos de ella, más nos daremos cuenta de nuestra habilidad para controlar y dominar la naturaleza de la materia, que junto con lo aprendido sobre conciencia, mente, alma y espíritu, continuaremos entendiendo esas partículas vibratorias llamadas electrones.
Ahora comenzaremos a comprender que la materia es el teatro del movimiento, en el que la fuerza que produce a la materia y que constituye la esencia misma de la materia, es el movimiento o vibración del espíritu, pero eso lo iniciaremos en el próximo reportaje, gracias y hasta entonces.

martes, 8 de mayo de 2012

Los electrones


or: Julio Torres.
Hablar de electrones es retroceder en el tiempo, sin embargo es tan actual que merece todo nuestro respeto en todos los sentidos y en el caso que nos ocupa podemos describirlos de la siguiente manera: “Los electrones son partículas de espíritu” lo cual puede dar una idea de lo que el espíritu puede ser.
En tanto no se conozca la naturaleza del espíritu, será muy difícil comprender lo que queremos decir por partículas, tomemos estas partículas y considerémoslas como si fueran tan grandes que pudiéramos examinarlas en forma general, pero sin olvidar que los electrones son tan pequeños que en la punta de una aguja caben billones de billones de ellos.
Aunque no los podemos ver, si sabemos cuantos hay en un átomo, esa es la razón por la que necesitamos imaginarlos grandes y poder analizarlos y comprender como actúan, recordemos que esto lo hacemos como forma teórica y comparativa que nos puede dar una visualización de lo que son y cómo actúan.
Si los imaginamos del tamaño de una naranja y cargados de una energía o fuerza y poder que los mantiene girando así como el planeta tierra lo hace sobre su eje y a una velocidad enorme que por ahora no la podemos medir, los vemos que vibran y hacen cosas, y esas vibraciones viajan por el espacio en línea curva o en arco.
Cerrando los ojos podemos imaginar miles y liles de estas esferas llamadas electrones moviéndose en sus orbitas en un espacio oscuro pero cada una de estas esferas resplandece con una luz brillante que parece emanar del centro de cada una, girando y trasladándose como si fueran cometas, de norte a sur o de este a oeste y en todas direcciones ya que no hay un punto de referencia que nos indique cual es el norte.
Una y otra vez puede ocurrir que dos de ellas se encuentren y se estrellen por alguna causa y de ello se forma otro fenómeno hasta el momento desconocido para nosotros, pero nunca se detienen, muchas veces quedan unidas al mismo tiempo que su movimiento es igual como duplicando la fuerza y hasta cambian la trayectoria de su movimiento.
Tal vez ocurra que dos electrones pegados encuentren un tercero que se una a ellos lo cual constituye una nueva unidad vibrante, moviéndose en una línea diferente, tal vez podamos ver muchos electrones amontonándose a otros, quizás hasta ver a otros que son rechazados y alejarse en busca de nuevos sitios.
Así podemos imaginar que vemos en el espacio oscuro los extraños movimientos de estos cuerpos que identificamos como electrones lo que nos invita a imaginar la manera como la materia puede entrar en formación al unirse esas pequeñas fuerzas con energía propia.
Pero la materia o la masa, formada de esta manera por los electrones es tan pequeña que no existe aparato fabricado a la fecha que nos pueda mostrar este trabajo, de manera que solo nos queda imaginar que así es como puede o podría formarse la materia o la masa en nuestro mundo de formas.
De lo anterior imagino que podemos asegurar que “los electrones se unen para formar átomos” la ley resulta muy simple: Si son iguales, se rechazan, si son distintos, se atraen, esta ley de la composición de la materia es algo de lo más importante que el ser humano ha encontrado en su andar por el mundo de la investigación.
Lo fundamental es que si aceptamos que la fuerza, la energía y el poder se concentran en cada electrón y que lo mantiene vibrando, podemos afirmar que el espíritu es la energía vibrante que fortalece las manifestaciones de la materia, pero de esto hablaremos en el siguiente artículo, de manera que le invito cordialmente y hasta entonces.

domingo, 6 de mayo de 2012

El triangulo divino


Por: Julio Torres.
Suele ocurrir que en escritos religiosos y aún en trabajos científicos encontramos que las palabras espíritu y alma se usan para significar lo mismo, y en algunos diccionarios hasta se dan las dos palabras como sinónimos, pero hoy quiero dar un significado especial a cada una de estas palabras y la diferencia entre ellas revela algunos hechos importantes.
Es necesario establecer una línea distintiva entre espíritu y alma, no es casual que esto nos conduzca a investigar las leyes y principios fundamentales de la composición de la materia, utilizaremos el triangulo que tantas respuestas nos ha entregado esa figura geométrica.
Por mucho tiempo los científicos creyeron que la partícula más pequeña de materia  era el átomo, pero después de efectuar incontables pruebas y experimentos encontraron que había algo más pequeño y adoptaron el término “electrón” que en el pasado no tenía gran significación.
 La ciencia explica que los átomos están compuestos de muchos electrones, también añaden que los electrones, no son en sí mismos, materia, dicen que si los electrones fueran materia, entonces tendrían que estar compuestos de otras partículas más pequeñas porque debe existir su comienzo en alguna parte.
Sin embargo, sigo pensando por el momento que la partícula menor que entra en la composición de la materia, es el electrón, esto significa que el electrón solo es una parte de la química de la materia.
Tomaremos como ejemplo lo que ahora estoy escribiendo, este reporte consiste de letras, pero esto no sería hablar con precisión, las letras van combinadas en forma de palabras, las letras, una después de la otra, unidas en cierta forma, hacen palabras, que a su vez, de acuerdo con una ley definida, forman la declaración.
Como resultado final de nuestro análisis, podemos decir que este reportaje está constituido por letras, pero no podemos decir que el reportaje está constituido por letras, tampoco podemos decir que una de las letras por sí misma represente la naturaleza, calidad o esencia de este escrito ni de ninguna de las afirmaciones que el reportaje contiene.
En la composición de la materia encontramos que hay tres elementos o tres factores necesarios, así como en la composición de este reportaje hay letras, palabras y frases, comencemos ahora con el electrón, esto nos da el primer punto del triangulo en el plano finito en la composición de la materia.
En los otros dos puntos del triángulo colocaremos las palabras átomo y molécula, con la palabra electrón se completan los tres puntos del triángulo y desde luego que estoy esperando la pregunta: ¿Qué son los electrones?
Si no son materia, si no son nada en sentido material, ¿Qué son y en que forma pueden constituir la materia? Es imposible explicar todo lo que se relaciona con los electrones en este artículo, desde luego que mantengo la promesa de explicar ampliamente la pregunta, pero quiero que eso lo hagamos más adelante por razones de pedagógicas.
Comenzaremos por decir que los electrones son partículas de espíritu, si, de espíritu, es importante comprender alguna idea de lo que espíritu puede ser, porque se ha dicho que los electrones son partículas de espíritu, pero mientras no conozcamos la naturaleza del espíritu será difícil comprender lo que quiero decir por partículas.
Podemos hacer un trato y de momento daremos a los electrones paternidad divina de tal manera que nos permita avanzar en la descripción de los temas que nos ocupan y en su momento nos ocuparemos de ampliar el tema hasta donde sea posible.
Así como no comprendemos de momento que es lo que hace que la célula de sangre vibre en su centro, así también no sabemos quien le da la fuerza al electrón que es capaz de mover máquinas poderosas, pero ya llegaremos al momento oportuno de entenderlo, mientras tanto aceptaremos que los electrones son partículas de espíritu y le espero en la próxima en que trataré de encontrar un concepto nuevo, mientras tanto, gracias y hasta la próxima.

sábado, 5 de mayo de 2012

Dos fuerzas


Por: Julio Torres.
Se dice que en el hombre hay dos clases de fuerzas, una que hace que la materia se mantenga unida y otra que penetra en el momento de nacer, en un artículo anterior dijimos que cuando el cuerpo ya está configurado, el alma viene al hombre al entrar a su cuerpo el aliento de vida y se convierte en un alma viviente.
Acudamos a un ejemplo un tanto burdo y con ello explicar a que se refieren esas dos fuerzas. En una fábrica donde se hacen motores que operan maquinaria, vemos que muchos hombres trabajan en su construcción de acuerdo a un plano que ha sido perfectamente concebido, probado con estricto control y declarado perfecto.
Un motor, en su material y construcción, tiene similitud con el cuerpo humano. La máquina tiene un esqueleto, un armazón bien hecho y resistente que soportará todas las partes, grandes y pequeñas que se ajustan dentro de dicho armazón.
Algunas de las piezas están delicadamente ajustadas con la más fina mecánica y otras están hechas de manera que resistan el trabajo pesado, además de las que mantienen un equilibrio o sincronizan con otras, pero todas relacionadas entre si, de tal suerte que puedan trabajar ordenadamente y con un propósito único.
Una vez que todas las piezas del motor han sido colocadas conforme al proyecto, todo el complejo se cubre con otras piezas materiales que protegerán del polvo, suciedad e interferencia, así como el cuerpo humano está cubierto de carne, piel y hasta cabello con lo que lo protege.
Cuando el fabricante del motor planea la cubierta exterior, cuida detalles de la apariencia, agregando bronce brillante, pinta ciertas partes o decide mostrar el brillo del acero, en otros lugares tal vez utilice pintura negra, blanca o plata con la sola idea de hacer atractiva la imagen de la máquina.
El fabricante, después de que ha visto la máquina bien construida, no sacrificaría calidad, propósito o servicio por el bien de la apariencia, porque su motor ha sido construido con un fin, producir determinado número de caballos de fuerza que requiera el trabajo al que será destinado.
El diseñador y los fabricantes se muestran orgullosos de lo que han creado, y consideran al motor una obra maestra de la creación material, la etiqueta dice que su fuerza es proporcional a 100 caballos, esto significa que se intentó proporcionar cierto tipo de servicio al usuario.
Solamente cuando el motor da ese servicio, es que cumplirá su misión en la vida para ser lo que su constructor intentó que fuera, ante nuestra mirada casual, sea una pieza de maquinaria, sin embargo, como el cuerpo de un hombre que está muerto, puede estar perfectamente construido y terminado con una apariencia hermosa.
Pero un motor no es más que eso, un motor, no más de lo que es un hombre cuando no tiene vida, el motor es solo una acumulación de materiales terrenos cuidadosamente unidos, con dos alambres delgados conectados a dos partes del motor por los que entra la fuerza de vida y hace de él un motor verdadero, en lugar de una mera pieza de maquinaria.
Después que la corriente eléctrica está en la máquina, ésta funciona a toda su capacidad y hace el trabajo que se le ha asignado, el obrero que la opera no la llama “una pieza de maquinaria” la observa con mucho cuidado y en lugar de “pieza de maquinaria” dice: “Este es un motor”.
Hasta que el hombre tiene también ese poder especial, esa energía especial que hace a su cuerpo útil y capaz de servir al propósito que fue diseñado, su cuerpo solo es una máquina de arcilla, una forma material terrena.
Los metales de la máquina están formados de piezas de materia que la ciencia llama moléculas y que están unidas por una fuerza que la misma ciencia llama cohesión, los científicos hablan de rocas, piedras y metales vivientes porque aseguran tienen vida, pero además existe otra forma de vida que la máquina requiere para su funcionamiento y para el cumplimiento de sus propósitos.
Lo mismo se aplica a la máquina humana, la carne, los huesos y cada una de las partes de la composición material del hombre, tienen en sí una fuerza que mantiene unidas las células y hace que todas las moléculas se unan fuertemente en una sola masa, pero con la adición de otra fuerza, el aliento de vida, con lo que el hombre cumple sus propósitos como tal.
Entonces, las dos fuerzas a que nos referimos con respecto al hombre, es una que hace de la materia una masa y la mantiene unida y una que penetra en él en el momento de nacer, haciendo que el cuerpo funcione hasta que sobreviene la llamada muerte.
Buscando que todavía resulte más claro lo que en este reportaje explico, en el próximo analizaremos estas dos formas de vida y descubriremos que espíritu, alma y vida son tres cualidades diferentes del ser humano, gracias y hasta entonces.

viernes, 4 de mayo de 2012

Aliento de vida


Por: Julio Torres.
El alimento que asimilamos contiene muchas clases de substancias en distintas combinaciones, esta es la manera como agregamos al material del cuerpo lo que hemos declarado como “polvo de la tierra” con él cubrimos los elementos terrenales en nuestro cuerpo que se están desgastando constantemente.
Se dice que el cuerpo debe estar sano y útil, eso se logra solamente alimentándolo materialmente a modo que las fuerzas de la naturaleza mantenga la maquinaria con la que trabajará el alma del hombre, posteriormente hablaremos de los valores alimenticios adecuados para mantener el cuerpo material en perfecto estado.
La ciencia dice que no existe una sola parte material del hombre que no pueda ser duplicada químicamente, es importante comprender que el cuerpo del ser humano solo es una creación material, como lo puede ser un automóvil o un teléfono, pero indudablemente que el cuerpo es una creación divina, es una expresión de la vida.
Todos hemos admirado esculturas de hombres y mujeres talladas con un parecido maravilloso a los originales, esas obras de los escultores se han hecho famosas, inclusive dichos escultores, por haber duplicado en piedra y otros materiales, la anatomía de los personajes  en su apariencia externa, con parecido impresionante.
Ahora, imaginemos un hombre solamente de arcilla, es decir, solo una mezcla de substancias de la tierra, pensemos ahora en la forma de un ser humano como si estuviera hecho de arcilla, pero con todos los tejidos, huesos, órganos, nervios y vasos sanguíneos, desde luego que es una forma pintoresca, pero es una forma de ver u observar la composición del hombre en un sentido material.
Recuerden esto: “Y Dios sopló en la nariz del hombre el aliento de vida y el hombre se transformó en un alma viviente”. En esta frase encontramos la clave completa, el hombre se transformó en un alma viviente.
Existen dos formas en las cuales podemos interpretar estas palabras bíblicas,  un sentido espiritual o religioso, o solo un significado técnico y científico, porque indudablemente que son demostrables de acuerdo a las exigencias del método científico.
Podemos dedicar un tiempo a las declaraciones anteriores y podemos también, entenderlo como el principio fundamental de la creación, existencia y manifestación del hombre y encontraremos que su composición es dual: Materia por un lado y aliento de vida por otro lado.
En general, podemos y creo que estamos de acuerdo con los principios fundamentales que la ciencia ha sacado a luz en sus procesos de análisis, pero tal vez no estemos de acurdo con mucho de lo que se ha declarado la medicina, la fisiología y la psicología en los textos documentados, pues creo que falta algo, pero tampoco debo apresurarme, no debo pasar por alto ni un solo punto de esta investigación.
Tomemos la frase: “Aliento de vida” como si fuera literalmente verdadera, en alguno de los artículos declaramos que la vida, la energía vital del cuerpo, la fuerza de vida concretamente, entra al cuerpo por medio de la respiración.
Generalmente, lo anterior está acorde con la mayoría de las escuelas científicas, quizás el porqué y el cómo sea la diferencia, se dice del oxígeno del aire que respiramos, que cuando llega a los pulmones crea nuevos corpúsculos sanguíneos y los rejuvenece.
Cierto es que la vida viene al cuerpo por medio de la respiración que va a los pulmones, en este momento solo declaro que la vida empieza con el primer aliento que el recién nacido lleva a los pulmones y que con su ultimo aliento su vida deja de manifestarse.
El asunto se complica, porque si usted pregunta si es verdad o no que la vida viene y se va con la respiración, alguien le contestará que sí, pero con ciertas salvedades, pero así es, porque la pregunta y la respuesta por si solas no toman en consideración otros problemas relacionados con la explicación de la vida.
Hay quien dice que no existe la muerte, que la materia jamás deja de ser, de existir o de manifestarse, de tal suerte que si la vida cesa cuando el último aliento llega a los pulmones, entonces la materia debe morir y la vida se suspende.
Solo quiero dejar claro el siguiente punto: El alma viene al hombre al entrar a su cuerpo el aliento de vida y de esa forma se transforma en un alma viviente. Mucho es lo que nos queda en el tintero que pretendo revelar en el siguiente artículo, de manera que le espero con todo respeto y hasta entonces.

jueves, 3 de mayo de 2012

El tema de la vida


Por: Julio Torres.
No existe un campo común sobre el cual la religión y la ciencia puedan encontrarse con algún entendimiento, ambas dan evidencia de escudriñar la verdad, pero sin encontrarla, sin embargo, una u otra, generalmente declara haber resuelto cualquier misterio bajo su investigación.
En el campo del tema de la vida ninguna de las dos ofrece una comprensión de su naturaleza ni son capaces de demostrar su comprensión, por lo tanto, pretendo agregar otra conclusión a las observaciones hechas en artículos anteriores donde hablamos del hombre “vivo” y el hombre “muerto”.
Recordarán que encontramos que cuando la vida abandona al cuerpo, en la llamada muerte, todos los elementos “inmateriales” desaparecen al mismo tiempo, con la desaparición de la consciencia, se van todo el poder y la energía que apreciamos en el cuerpo “vivo”.
Lo anterior nos conduce a pensar que con la desaparición de la consciencia, se van todo el poder y la energía que hemos visto en el cuerpo vivo, por lo tanto decimos, que la consciencia y la fuerza vital o la energía vital están relacionadas, la consciencia debe tener mente, y si la consciencia y la fuerza vital están relacionadas, entonces, la mente y la fuerza vital están relacionadas y entran y salen del cuerpo.
Científicos han examinado cuidadosamente cada célula de la composición material del hombre, existen muchos libros que de esto hablan, se han desarrollado equipos técnicos muy sofisticados que permiten examinar cada parte del hombre y cada punto ha sido estudiado con responsabilidad.
Pero la parte “inmaterial” del hombre, no ha sido examinada como la parte “material”, es más, en muchos tratados no se menciona la parte inmaterial, ésta, se ha dejado en manos de los clérigos para que ellos la expliquen de manera religiosa o a los filósofos que profundizan de manera abstracta.
Creo que recordarán aquello de que: “Dios creó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el aliento de vida y el hombre se transformó en una alma viviente”.
Desde luego que la anterior declaración escrita en el Génesis, el hombre fue formado del polvo de la tierra, esto se refiere a la creación química y material del cuerpo humano, el sistema para mantener la vida en nuestro cuerpo está basado en la exactitud de esta declaración.
La filosofía declara que todo esfuerzo de la mente o del cuerpo, desgasta continuamente algo de la composición material del organismo humano, dice que debemos mantener determinada condición corporal con el objetivo de conservar la vida, por eso es que comemos, digerimos y asimilamos alimentos y líquidos que se encargan de conservar la existencia y el crecimiento del cuerpo.
Experimentamos placer en el comer, muchos de los actos necesarios de la vida son placenteros, generalmente disfrutamos aquellos que son necesarias en la preservación de la especie, sin embargo, todo indica que debemos evitar la perversión o la obsesión de los apetitos y deseos naturales.
El dominio de los apetitos no debe actuar en detrimento de las manifestaciones físicas ni espirituales, deben estar equilibradas de acuerdo a una ley natural de armonía, asimilamos del alimento muchas clases de substancias en variadas combinaciones, de esa forma cumplimos con el precepto: “Dios creó al hombre del polvo de la tierra”.
Quiero dejar el tema hasta este punto y continuar en el próximo reportaje en el que hablaremos del aliento de vida y de como el hombre se transformó en “alma viviente”, espero su visita y hasta entonces.

martes, 1 de mayo de 2012

Conclusión prueba simple


Por: Julio Torres.
Ampliando el experimento expuesto en un artículo anterior en el que nos colocamos ante dos cuerpos casi iguales y vestidos con ropas parecidas, llegamos a la conclusión de que uno de ellos está vivo y el otro está muerto.
La prueba simple de la aguja con los cuerpos del hombre vivo y del hombre muerto entrega conclusiones muy interesantes, recordemos que cuando estimulamos el cuerpo del que consideramos el hombre vivo, al ser tocado apenas con la aguja, de inmediato se manifiesta la respuesta moviéndose e inclusive hasta despertando y moviendo su pesado cuerpo de más de 80 kilos.
Lo que no ocurre con el cuerpo del hombre muerto que al ser tocado por la aguja, ninguna reacción ofrece, hasta podemos penetrar la aguja a niveles profundos y no surge reacción alguna, ante este fenómeno es que declaramos que ese hombre es considerado muerto.
Nosotros no podemos ver ni sentir qué poder o energía es la que así se manifiesta, lo que nos conduce a la conclusión de que se trata de algo inmaterial que se manifiesta a nuestra observación, usando la aguja en varias partes del cuerpo, percibimos que está presente la misma condición, por eso fue que anotamos en la columna “inmaterial” que la carne posee acción responsiva en todo momento.
Caso contrario o diferente de cuando utilizamos la misma aguja en la carne del cuerpo muerto, donde se aprecia que el organismo permanece inerte, y comparativamente el cuerpo del hombre vivo vemos que su cuerpo cuando lo tocamos con la aguja, ejerce una gran fuerza capaz de mover el cuerpo de distintas maneras, sin aparente esfuerzo.
En la columna “inmaterial” escribimos que el cuerpo del hombre “vivo” tiene un poder controlador, de tal suerte que nos damos cuenta y vemos demostrado otro punto: El hombre vivo no solamente se ha despertado, sino que se da cuenta que está despierto y se da cuenta que ha estado durmiendo en nuestra presencia.
Con todo lo escrito en las columnas “material” e “inmaterial” llegamos a dos conclusiones importantes que parecen tan lógicas y tan verdaderas: Primero.- La composición del cuerpo humano consiste de cosas materiales e inmateriales, ambas dándole al hombre su existencia y manifestación.
Segundo.-La diferencia entre un cuerpo “vivo” y uno “muerto” es la diferencia de las cosas “inmateriales” que hemos anotado, en otras palabras, hemos anotado las cosas no presentes, en el cuerpo “muerto” o sea, las cosas inmateriales que son las que envuelven actividad voluntaria e involuntaria y consciencia.
Recapitularemos en este simple análisis del cuerpo humano, hemos encontrado que hay dos elementos que constituyen la expresión del hombre en la tierra: Lo material y lo inmaterial y la diferencia entre un hombre vivo y un hombre muerto consiste, en la presencia o la ausencia de los elementos “inmateriales”.
Cuando los elementos inmateriales se han ido, o están ausentes, queda el cuerpo humano, pero todas sus manifestaciones como hombre, desaparecen junto con él, su misión en esta vida. El cuerpo muerto solo es arcilla aunque su forma sea definida.
Puede parecer un hombre, como lo sería una estatua de mármol, pero la parte real o esencial, la parte que hace meritorio a todo el resto, ha partido, el hombre deja de ser eso para cuyo propósito fue destinado.
De tal suerte que si encontráramos esa razón, si conociéramos todo acerca del hombre, especialmente la parte importante de él, comenzaríamos por analizar los elementos “inmateriales”, Pero de esto hablaremos en un reporte futuro, mientras tanto, hasta entonces.

Prueba simple


Por: Julio Torres:
Cuando algún familiar cercano o un amigo muere de cualquier manera, no es necesario que sea trágicamente, siempre llega a nosotros una especie de pregunta: ¿Qué hace que una persona tenga vida o no la tenga? Y un comentario común parece ser que al ver el cadáver de alguien conocido hasta parece que esperamos que de momento comience a hablar.
Me propongo en este artículo buscar esa diferencia desde el punto de vista empírico, pero con algunos soportes científicos y parapsicológicos, para ello sugiero que imaginemos dos columnas, una titulada “material” y la otra “inmaterial” y que esto nos permita encontrar diferencias adecuadas que nos induzcan a respuestas creíbles.
Supongamos que frente a nosotros están dos camas, en una  vemos acostado a un hombre de unos 30 años, tés blanca y vestido normalmente como cuando duerme y en efecto, parece que está dormido, y en la otra cama se encuentra otro hombre de las mismas características y vestido igual que el anterior que también parece estar dormido.
Nos acercamos a ambos cuerpos, con la condición de mantener una mente totalmente receptiva por los datos que vamos a encontrar, ahora examinaremos con mucho cuidado las diferencias que presente cada uno de los cuerpos que en apariencia es idéntica y vestidos de la misma forma.
Los dos efectivamente parecen dormidos, aunque uno de ellos  está ligeramente pálido y con temperatura baja, le falta color a la piel con respecto al otro, si  nos acercamos más, notaremos que uno de ellos, el de la izquierda, parece irradiar una energía, una fuerza o poder, un algo que no se aprecia en el de la derecha, aunque pequeña, es notoria la diferencia.
Una vez encontrada una diferencia, debemos anotarla de manera exacta y así nuestro análisis será preciso, entonces, en la columna de la izquierda anotaremos esa fuerza radiante y en la columna de la derecha, la ausencia de esa fuerza.
Si tratáramos de hacer un estudio minucioso de cada cuerpo, seguramente no encontraríamos diferencias, pues los órganos presentarían el mismo aspecto, pero al llegar al corazón veríamos que el de la izquierda posee un movimiento rítmico y el de la derecha no tiene movimiento, lo mismo ocurriría si pudiéramos ver los pulmones de ambos.
Extraer muestras de sangre de ambos cuerpos, puede ser la prueba definitiva, en primera instancia la sangre de ambos parece igual, no se encuentra diferencia, pero al analizar esas muestras de sangre con un poderoso microscopio, encontraremos que la del hombre de la izquierda contiene una mancha o punto en el centro de cada célula sanguínea, que parece vibrar o temblar.
En la columna “inmaterial” anotaremos que esa actividad o temblor, esa vibración es algo de naturaleza inmaterial pues no vemos la energía o poder que causa el temblor o la vibración aunque si vemos su efecto en la célula del hombre de la izquierda y eso es algo que no encontramos en el cuerpo de la derecha, ahora podemos decir que el de la izquierda está vivo y el de la derecha no lo está.
Pero hagamos otra prueba para estar seguros, utilicemos una aguja, no para producir daño, simplemente para llevar a cabo la conclusión de este examen, primero tocaremos con la aguja al hombre de la izquierda sin lastimarlo y notaremos que la carne responde con rapidez manifestando contracción o temblor, el de la derecha no responde a ningún estímulo.
Nosotros no podemos ver ni sentir que poder o energía es el que así se manifiesta, por lo que llegamos a la conclusión de que se trata de algo inmaterial a nuestra observación, usando la aguja en varias partes del cuerpo, notaremos que esta presente la misma condición hasta que despertamos a ese cuerpo de la izquierda.
La gran sorpresa es que ese cuerpo por si solo se levanta, camina y si esos cuerpos pesan unos 80 kilos, no entendemos como es que esa diminuta vibración en cada célula sanguínea es capaz de mover esa masa de 80 kilos casi sin esfuerzo, en el otro cuerpo no existe ninguna reacción y para levantarlo recurrimos a varias personas o a una máquina que pueda levantar esos 80 kilos, desde luego que esto es motivo de una ampliación de tema que abordaremos en un futuro, hasta entonces.

lunes, 30 de abril de 2012

Hábito y voluntad


Por: Julio Torres
Una definición puede ser que el hábito es una ley inconsciente de la mente subconsciente, de cierta manera todo el edificio, como se ha establecido, nos referimos al cuerpo humano, se cansa por agotamiento y el ingeniero jefe encara los peligros con sabiduría, pero es fiel a su trabajo y con un esfuerzo extremo mantiene el cuerpo en excelentes condiciones.
El señor tacto puede sentir una fatiga más acalorada con los latidos de la maquinaria trabajando de manera rápida, pero el jefe de registros toma nota del hecho y hace una entrada en sus libros anotando que ciertos rasgos indeseables provocaron la fatiga.
Todo lo anterior es ignorado por el señor gusto y el señor tacto, quienes finalmente provocaros los disturbios descritos, porque ellos muy rara vez o nunca revisan los registros de la memoria cuando desean “pasar un buen rato”.
Muchas veces todo el sistema se debilita, no por el ingeniero jefe, sino por la interferencia voluntaria por parte de los ejecutivos objetivos que no razonan, así percibimos que el ingeniero jefe siempre está listo a defender el cuerpo que es su tarea obligatoria, es el guardián junto con el jefe de registros que protegen a la maquinaria humana.
La guardia funciona perfectamente, sin embargo, cuando el señor vista y el señor tacto deciden que desean cierta droga para el cuerpo, se la ponen en la boca y en seguía dice el señor tacto que al señor gusto no le gusta el sabor, se consulta al jefe de registros, quien a su vez consulta los libros de la memoria y encuentra que ya una vez se tomó la misma droga y hubo grandes problemas.
Esta información se la entrega al ingeniero jefe quien en seguida pone en funcionamiento la maquinaría de peligro, y el ingeniero jefe hace lo posible buscando anular cualquier problema causado por la droga, pero si se utiliza una y otra vez, contra los avisos del jefe de registros o del ingeniero jefe, gradualmente la maquinaria se debilita tratando de enfrentar batallas innecesarias y de corregir problemas innecesarios.
El tema que nos ocupa hoy es el de los hábitos que se forman de la misma manera, el ingeniero jefe obedece órdenes, ese es su trabajo, cuando la mente objetiva repetidamente le dice que haga algo, él toma nota y lo procesa, así nada más.
Supongamos que el ingeniero jefe y el jefe de registros encuentran, después de muchas semanas de observación, que después de cada comida y después de procesar cada carga de combustible que llegó al sistema, el ingeniero jefe tuvo que comenzar a mover los músculos necesarios para fumar un cigarro.
Supongamos que el ingeniero jefe oyó decir al señor tacto, tres veces al día: “Quiero fumar ahora, tenga todo listo para que yo fume, haga mover mi cuerpo de manera que pueda tomar el cigarro, encenderlo y fumarlo”.
Después de varias semanas de esta orden, el ingeniero jefe escribe en el libro del jefe de registros: “Tan pronto como todo el combustible está en el horno, o sea el estómago, y ha terminado su trabajo, poner los arreglos necesarios en acción para fumar cigarros”.
Lo anterior sería una ley para el ingeniero jefe, él nunca discute tales leyes porque seguramente el señor tacto y el señor gusto tienen la habilidad de razonar y deberían saber lo que están haciendo, así guarda esta ley en el tablero de noticias y después de cada comida comienza la maquinaria de  fumar cigarros porque ya está hecho el programa y se efectúa de manera casi automática.
El señor tacto y el señor gusto notan que después de cada comida hay una sensación extraña que los obliga a fumar. Hasta aquí dejamos este tema que me parece maravilloso el poder comprender que es lo que pasa con los hábitos que no guardan mucha distancia con los vicios.
En el próximo reporte ampliaremos este concepto de los hábitos, la invitación cordial y hasta entonces.

domingo, 29 de abril de 2012

El hábito


Por: Julio Torres
Una definición puede ser que el hábito es una ley inconsciente de la mente subconsciente, de cierta manera todo el edificio, como se ha establecido, nos referimos al cuerpo humano, se cansa por agotamiento y el ingeniero jefe encara los peligros con sabiduría, pero es fiel a su trabajo y con un esfuerzo extremo mantiene el cuerpo en excelentes condiciones.
El señor tacto puede sentir una fatiga más acalorada con los latidos de la maquinaria trabajando de manera rápida, pero el jefe de registros toma nota del hecho y hace una entrada en sus libros anotando que ciertos rasgos indeseables provocaron la fatiga.
Todo lo anterior es ignorado por el señor gusto y el señor tacto, quienes finalmente provocaros los disturbios descritos, porque ellos muy rara vez o nunca revisan los registros de la memoria cuando desean “pasar un buen rato”.
Muchas veces todo el sistema se debilita, no por el ingeniero jefe, sino por la interferencia voluntaria por parte de los ejecutivos objetivos que no razonan, así percibimos que el ingeniero jefe siempre está listo a defender el cuerpo que es su tarea obligatoria, es el guardián junto con el jefe de registros que protegen a la maquinaria humana.
La guardia funciona perfectamente, sin embargo, cuando el señor vista y el señor tacto deciden que desean cierta droga para el cuerpo, se la ponen en la boca y en seguía dice el señor tacto que al señor gusto no le gusta el sabor, se consulta al jefe de registros, quien a su vez consulta los libros de la memoria y encuentra que ya una vez se tomó la misma droga y hubo grandes problemas.
Esta información se la entrega al ingeniero jefe quien en seguida pone en funcionamiento la maquinaría de peligro, y el ingeniero jefe hace lo posible buscando anular cualquier problema causado por la droga, pero si se utiliza una y otra vez, contra los avisos del jefe de registros o del ingeniero jefe, gradualmente la maquinaria se debilita tratando de enfrentar batallas innecesarias y de corregir problemas innecesarios.
El tema que nos ocupa hoy es el de los hábitos que se forman de la misma manera, el ingeniero jefe obedece órdenes, ese es su trabajo, cuando la mente objetiva repetidamente le dice que haga algo, él toma nota y lo procesa, así nada más.
Supongamos que el ingeniero jefe y el jefe de registros encuentran, después de muchas semanas de observación, que después de cada comida y después de procesar cada carga de combustible que llegó al sistema, el ingeniero jefe tuvo que comenzar a mover los músculos necesarios para fumar un cigarro.
Supongamos que el ingeniero jefe oyó decir al señor tacto, tres veces al día: “Quiero fumar ahora, tenga todo listo para que yo fume, haga mover mi cuerpo de manera que pueda tomar el cigarro, encenderlo y fumarlo”.
Después de varias semanas de esta orden, el ingeniero jefe escribe en el libro del jefe de registros: “Tan pronto como todo el combustible está en el horno, o sea el estómago, y ha terminado su trabajo, poner los arreglos necesarios en acción para fumar cigarros”.
Lo anterior sería una ley para el ingeniero jefe, él nunca discute tales leyes porque seguramente el señor tacto y el señor gusto tienen la habilidad de razonar y deberían saber lo que están haciendo, así guarda esta ley en el tablero de noticias y después de cada comida comienza la maquinaria de  fumar cigarros porque ya está hecho el programa y se efectúa de manera casi automática.
El señor tacto y el señor gusto notan que después de cada comida hay una sensación extraña que los obliga a fumar. Hasta aquí dejamos este tema que me parece maravilloso el poder comprender que es lo que pasa con los hábitos que no guardan mucha distancia con los vicios.
En el próximo reporte ampliaremos este concepto de los hábitos, la invitación cordial y hasta entonces.

sábado, 28 de abril de 2012

Fuerzas constructivas


Por: Julio Torres.
En un artículo anterior hablamos del trabajo del ingeniero en jefe que es el subconsciente, en él  se establece que su trabajo es eminentemente constructivo. El punto ahora es continuar con la descripción porque es muy importante, ya que  explicará muchas cosas aparentemente extrañas de nuestras vidas individuales.
Las fuerzas naturales tienden a ser constructivas y trabajan por medio de la mente subconsciente, es cierto que en el proceso de construir, la naturaleza puede destruir algunas cosas o puede utilizarles con un mejor propósito conforme a las necesidades del cuerpo.
En el cuerpo humano existe un proceso llamado metabolismo, es el proceso de los cambios químicos en las células vivas, por este medio se entrega la energía para los procesos vitales y se asimila nuevo material que repara el desperdicio, así, se aseguran las substancias para la sangre, huesos, carne, grasa y otros tejidos.
El metabolismo, en este sentido, es un proceso destructivo para el propósito de reconstrucción, este proceso es un método de actividad del ingeniero jefe, porque la naturaleza ha decretado que los corpúsculos sanguíneos saludables y en buenas condiciones destruyan los de mala salud o contaminados y de esa forma continúe la construcción a cambio de la destrucción.
La base de toda la naturaleza, dentro y fuera del cuerpo, siempre es de construcción, son leyes que se cumplen automáticamente a menos que se interfiera con ellas, si observamos a un bebé encontramos que las leyes de la naturaleza funcionan casi de manera perfecta, porque existe menos interferencia provocada por la mente objetiva del pequeño.
Si el niño come algo que resulta difícil para su sistema digestivo o la cantidad es excesiva o contaminada, su estómago lo repele de inmediato sin esfuerzo alguno, esto mismo se aplica u ocurre en muchas otras especies vivas, solo en el hombre, cuando está completamente despierto y cuando se cree superior a las leyes de la naturaleza, provoca la interferencia continua con el proceso de construcción.
Cuando la mente objetiva, como ejecutivo de asuntos mundanos comete errores, normalmente el ingeniero jefe tiene que resolver el problema, por ejemplo, supongamos que el señor gusto y el señor tacto salen juntos una noche con el deseo de satisfacer sus apetitos.
Sin usar su buen razonamiento, ingieren una mezcla de alimentos que saben bien y satisfacen el sentido del buen comer, pero cuando el alimento llega al estómago, que es el horno, el señor ingeniero protesta exclamando: “Miren la clase de combustible que envían para utilizar en mi horno, es imposible que se consuma correctamente”.
“Es burdo, calienta demasiado, produce flama y humo indeseables, puede quemar las paredes de mi horno”, en ese momento el ingeniero jefe aplica el razonamiento deductivo y por ende, sabe que debe deshacerse rápidamente de ese combustible y con gran cuidado, aplicando una labor extra que no estaba prevista y se deshace de los productos nocivos.
A pesar de lo terrible de la tarea, el ingeniero jefe cumple su obligación de la mejor manera posible, él no hubiera ordenado ese tipo de combustible y sabe que sus jefes objetivos, en este caso el señor gusto y el señor tacto, no utilizaron apropiadamente sus habilidades de razonamiento, porque nunca hubieran arriesgado el horno y el sistema completo.
En otra ocasión el señor gusto y el señor tacto colocan una gran cantidad de alcohol en el sistema de agua de la fábrica y lo precipitan al tanque de agua, el ingeniero jefe sabe que cuando lo mezcle con el sistema circulatorio sobrecalentará todo el cuerpo.
Si llega demasiada cantidad de alcohol, lo devuelve expulsándolo del sistema completamente, también sabe que tan pronto le permita mezclarse con el líquido bueno, es decir la sangre, debe hacer que el corazón trabaje más fuerte y con ello sobreponer los peligros del líquido calorífero.
Espero que hasta este momento haya sido clara le descripción comparativa del cuerpo humano con una fábrica de cualquier producción, sin embargo, todavía queda mucho por explicar de como el hombre es el complemento de todas las leyes del universo, pero eso lo haremos en el próximo reporte, gracias y hasta entonces.

viernes, 27 de abril de 2012

El ingeniero en jefe


Por: Julio Torres.
En un artículo anterior nos quedó pendiente hablar de las costumbres de los jefes de cada área y los mencionamos como los cinco ejecutivos, cada uno con ocupación, capacidad para cumplir con el departamento a su cargo especialmente.
El trabajo de cada uno de ellos es mantener el edificio y sus operaciones al nivel más alto esperado por el arquitecto y constructor, cada uno debe ver que el edificio lleve a cabo su trabajo en forma apropiada, estos ejecutivos llegan temprano a la oficina.
El señor vista normalmente es el que llega primero a su escritorio, pero a menudo es el primero en retirarse a dormir, muchas veces trabaja hasta tarde en la noche cuando los otros duermen y se cansa y debilita, los señores: Gusto y tacto normalmente llegan tarde y se retiran temprano.
Cada vez que alguno de estos ejecutivos se ausenta de su trabajo o se duerme en su escritorio o descuida sus obligaciones, algo sale mal y surgen los problemas, estos cinco hombres han establecido ciertas leyes, una de ellas es que el ingeniero jefe siempre debe mantener el edificio activo de acuerdo a su experiencia, como todo un experto.
Tiene el mejor ingeniero que fue posible obtener, ha sido educado con las leyes divinas y con ello todo es posible, nadie sabe mejor que él, lo que debe hacerse para mantener el edificio en operación en lo que concierne al funcionamiento interno.
No ha sido educado en las cosas del mundo, esa no es su ocupación, nunca mira  al mundo exterior, ese trabajo lo deja al señor vista, nunca prueba nada fuera del cuerpo, ese trabajo lo deja para el señor gusto.
Así es con los señores tacto, oído y olfato, el ingeniero jefe tiene su propia oficina secreta donde a veces descansa, pero siempre se mantiene activo en el trabajo día y noche, los directores o ejecutivos pueden dormir, el mismo asistente principal, el jefe de registros duerme algunas veces por algunas horas.
Pero el ingeniero jefe debe mantener los hornos trabajando a todas horas, se encarga de que el calor circule a través de todas las paredes y divisiones, que los sensores de peligro estén siempre funcionando a la perfección y que ciertas piezas o máquinas como son los pulmones, corazón, riñones, intestinos y el resto de las máquinas se mantengan en movimiento.
Vigilará que funcione con menor velocidad durante la noche y no importa por cuanto tiempo duerman los ejecutivos, las máquinas  continuarán su trabajo casi de manera automática, es por eso que el ingeniero jefe está confinado a su oficina, porque su trabajo es fundamental.
En su escritorio tiene una computadora que permanentemente está conectada con los cinco ejecutivos en la cúpula, además tiene conexión en su computadora con cada parte del edificio con el fin de que no se interrumpa la energía necesaria de cada área.
Cuando quiere mover alguna parte del cuerpo, presiona una tecla de su computadora y el trabajo se realiza casi instantáneamente, él no sabe por qué son las cosas ordenadas por los ejecutivos, no es su interés preguntar lo que quieren hacer, ellos tienen ojos para ver, oídos para oír, narices para oler, bocas para gustar y nervios para sentir, si no pueden evitar cometer errores con todas las conexiones y facilidades, deben entonces pagar la penalidad.
El ingeniero jefe solo puede razonar de manera deductiva, lo que se le dice hacer, lo hará lógica y localmente, fiel a su trabajo, pero si no se le dice que hacer, él hará  siempre lo que se le ha enseñado hacer, su trabajo es constructivo, su compromiso es mantener el edificio perfectamente y trabajando adecuadamente con mínimo desperdicio y perdida de tiempo.
Como vemos, el subconsciente es de un poder ilimitado y de ello hablaremos en el próximo reportaje, la invitación cordial está lista, le espero y hasta entonces.

jueves, 26 de abril de 2012

El jefe


Por: Julio Torres.
En un artículo anterior dejé claro que una fábrica funciona con un jefe que puede etiquetarse de distintas maneras: Director, gerente o simplemente jefe, pues de la misma forma el cuerpo humano funciona también con un director o gerente.
En cada negocio bien regulado, hay una oficina aparte para los directores o superintendentes, estos hombres forman cierto tipo de equipo consejero o ejecutivo y sus oficinas tienen conexiones eléctricas y de otro tipo con cada parte del edificio, especialmente con la oficina del ingeniero jefe.
Aunque el ingeniero jefe puede tener muchos asistentes o ayudantes, pero él es el que tiene el control, es quien ordena que se muevan los medios de operación que mantiene a la fábrica funcionando como una máquina perfecta con su máxima eficiencia.
En el edificio humano tenemos ejecutivos o directores localizados en una pequeña cúpula sobre el resto de la estructura donde están separados y bien protegidos, en esta oficina encontramos cinco directores, ellos constituyen el equipo de dirección, cada uno tiene un escritorio individual y en la cubierta se encuentra una computadora con servicio de video teléfono conectado con el ingeniero jefe y su asistente principal, el jefe de registros.
Esta oficina ejecutiva se llama: mente objetiva de la fábrica, los cinco directores se llaman: señor vista, señor olfato, señor gusto, señor oído y señor tacto. El departamento del ingeniero jefe es la mente subconsciente y su primer asistente es la memoria completa, el jefe de registro.
En la oficina de la mente objetiva, de la cúpula, el señor vista tiene a cargo el vigilar el mundo de asuntos exteriores de la fábrica, él debe ver y cuidadosamente observar todo artículo que entra a la fábrica, su única actividad es vigilar los alrededores del edificio y observar si hay intrusos que pueden atacar, robar o dañar la fábrica o su trabajo.
También debe ver todas las nuevas ideas, todos los nuevos ayudantes, leer todo lo importante y seleccionar buenas leyes e ideas, las cuales comunica inmediatamente al jefe de registros para que los archive y sean utilizadas en futuras referencias en el arca de la memoria.
También  está el señor tacto que se mantiene en contacto con toda la factoría por dentro y por fuera y sabe lo que está sucediendo, como un experto esta encargado de sentir cuando las máquinas no funcionan adecuadamente, cuando hay mucho o poco calor distribuido y de llamar al ingeniero jefe para remediar cualquier condición anormal.
Debe sentir también cuando una pieza de alguna máquina se está deteriorando y lo debe notificar al ingeniero jefe para que envíe a su personal y lo atienda sin demora, también utiliza sensores en todas partes del edificio para detectar condiciones de falla.
El señor oído se encarga de lo externo y de lo interno del edificio, puede detectar cuando se aproxima el peligro y puede enterarse de mensajes importantes y descubrimientos de otros ejecutivos, es así que agrega conocimiento a los sistemas de registro y negocio.
Lo mismo con el señor gusto, su ocupación es el controlar con el señor vista el material que ingresa al edificio para las máquinas de calor, energía, fuerza y reparaciones, debe examinar todos los sólidos y líquidos que puedan ser usados en el edificio y ver que son apropiados y de buena calidad, rechazando aquellos que no deben penetrar la buena estructura de este edificio.
El señor olfato, alerta cuando aparecen gases o líquidos dañinos en el edificio y los expulsa, muchas veces alterando las condiciones, puede detectar gases peligrosos y se encarga con los señores: Vista oído, tacto y gusto de examinar todo lo que entra al edificio.
Así tenemos a los cinco ejecutivos, cada uno con su trabajo, capacidad y departamento especiales, ahora describiremos las costumbres de cada uno de ellos, pero eso será en el próximo artículo, para lo cual le invito cordialmente, hasta entonces.