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miércoles, 6 de mayo de 2015

El gran publicista

El gran publicista
Por: Julio Torres.
Todo menos la verdad, pareciera que estamos habituados a que los gobiernos y las grandes empresas promuevan su visión de la historia y cuenten las noticias según sus propios intereses; un postulado de mis tiempos, hace más de cincuenta años decía: “El éxito en la publicidad es difundir una idea repetida y sostenida por algún tiempo”, al final quien escucha mensajes con esas características, termina convencido de las “bondades que el producto nos promete”. Hay quien afirma: “di una mentira grande, pero sencilla, no dejes de repetirla y en poco tiempo, la gente terminará por creerla”.
Muchas personas suponen que la propaganda es un fenómeno del siglo pasado o del presente, pero existen registros de ejemplos de hace muchos siglos, el papa Gregorio XV estableció un comité cardenalicio en la difusión y fiscalización del catolicismo, pero se sabe que los antiguos griegos fueron los primeros propagandistas del mundo, aconsejaban el empleo de la retórica como herramienta capaz de influir en los ciudadanos, conforme a las reglas que debían regir esa práctica.
Pero esas reglas no siempre se obedecieron, porque se dieron cuenta que era muy fácil crear rumores y utilizarlos como influencia en los hechos; los emperadores romanos emplearon la propaganda en dar una imagen ventajosa de sí mismos y de sus logros; por medio de la literatura, la arquitectura y todas las bellas artes, con un elaborado ceremonial público, recalcaban a sus súbditos que la Roma imperial representaba la paz, el buen gobierno y el imperio de la ley.
Diferente actitud con las sociedades que mostraran conflicto con Roma,
resultaban caricaturizadas como bárbaras, sin leyes y fuerte amenaza a la estabilidad y la prosperidad que los emperadores estaban decididos a preservar, el rumor encontró terreno fértil inclusive en el desprestigio de Cleopatra aún con el liderazgo que ella poseía, tuvo que resistir fuertes ataques a su reputación de tal manera que los agravios continuaron más de un siglo después de su muerte.
La imprenta y la propaganda como una sola herramienta, fueron utilizadas por reyes desde el siglo XVII, la Reyna de Inglaterra en turno,
utilizó esos medios en sus propios fines; en las obras históricas de Shakespeare, se vilipendiaba a los oponentes de los Tudor y se glorificaba a sus partidarios, ayudando a consolidar el derecho al trono de la dinastía Tudor del siglo XVI.
Años después, Napoleón Bonaparte hacía notar que “la opinión pública no se debe descuidar ni desdeñar ni por un momento”; Igual que los cesares de tiempo atrás, Napoleón fue un hábil manipulador de la propaganda, lo justificaba así: “Tres periódicos
hostiles son más temibles que mil bayonetas” de manera que manipular las noticias en su propio beneficio se convirtió en su fuerza.
“La verdad no importa ni la mitad de lo que la gente cree que es verdad” era el precepto de Adolf Hitler, ya que durante la primera guerra mundial todas las potencias utilizaron la propaganda con que lograron levantar la moral de su propio país y como una arma psicológica contra sus enemigos, Hitler estaba consiente en la
forma de ganarse a su audiencia, ésta tenía que creer, o desear, creer; la propaganda nazi fue muy eficaz porque la mayoría de los alemanes realmente querían creer que no habían perdido la primera guerra mundial, preferían que les dijeran que habían sido traicionados en el ámbito nacional por los derrotistas y los judíos.

Parece que “la propaganda es, en las democracias lo que el garrote en un
estado totalitario”, los años pasan y la conducta humana parece que nunca va a cambiar, preferimos mentiras grandes y sencillas que al escucharlas de manera repetida y sostenida, terminamos por creer todo, ha quedado claro que la publicidad va unida a la vida diaria, mi deseo grande es que antes de creer en una noticia buena o mala, preferible será investigar y reflexionar, busquemos primero la verdad.

martes, 13 de agosto de 2013

Comprar vender o negociar

Negociar o simplemente vender algo siempre antepondrá el mismo objetivo, lograr que alguien compre lo que pretendemos “vender”, es por eso que hoy me propongo vender algo, hoy quiero vender el futuro de los niños, ese futuro, del que dependerán sus acciones, ese mundo que les va a tocar vivir, por eso le pregunto a usted: ¿Le gustaría regresar a su niñez?
Comprar, vender o negociar son tres cosas que los niños pueden enseñar al adulto de manera simple, de manera sencilla, permanecer contentos sin motivo aparente, a estar siempre ocupados en algo y dispuestos a exigir algo con toda la fuerza que cada situación exija, además de practicar la tolerancia de manera libre por medio de las buenas costumbres.
Algo que el niño pareciera aprender de manera automática es a preguntar todo, a cuestionar todo, a dudar de todo ya que siempre compra, vende o negocia una idea pues se sabe libre, hace lo que piensa que debe hacer, come cuando tiene hambre, juega cuando encuentra lo que en su imaginación puede ser un auto, un avión o un súper hombre que todo lo resuelve de manera conveniente, sabe que mamá permanece a la expectativa de su sueño o deseo.
El medio conveniente que forma buenos niños es resultante de la manera en que logramos hacerlos felices en este momento, las leyes naturales o divinas, como usted lo entienda dicen que los niños son el recurso más importante del mundo y la mejor esperanza en el futuro, tal vez deba decirlo de otra manera, ellos diseñarán bien las cosas que nosotros hicimos mal.
Alguien dijo: “Si Dios te premia regalándote un hijo, trata de que hasta los 10 años te tema, hasta los veinte te respete y que te quiera hasta que mueras, pues, cuando quieras creer en alguien, lo mejor es creer en ti, realizando todo aquello que realmente deseas, es importante comprender que el triunfo en la vida no es llegar a tener fama, es lograr ser feliz realizando lo que en verdad  anhelas.
Comprar, vender o negociar pareciera el objetivo de la vida, en todo momento compramos o vendemos algo, una idea, un concepto y hasta lo que sirve y lo que no, esa es la negociación es posible que lo que tengo ya no tenga utilidad en mis proyectos, pero pueden servir a otros amigos o conocidos, lo importante es negociar.
Hoy recuerdo que dos de mis hijos varones eran tan distintos en su niñez que en su momento no comprendía lo acontecido, uno de ellos era bastante derrochador, cuánto dinero le llegaba, el mismo que gastaba de inmediato y el otro guardaba la mayor parte, de manera que siempre estaba dispuesto a negociar con su hermano algunas monedas, claro, mediante “el interés” respectivo, hoy en día ya es todo un hombre exitoso económicamente y aunque el otro también es exitoso la diferencia es que uno tiene su propio negocio y el otro un excelente empleo.
Como desde jóvenes fueron muy independientes creo que no hubo tiempo de contaminarlos con ideas fanáticas o inductivas que desvirtuaran su personalidad, consideré que ellos debían encontrar su camino con entera libertad sin influencia de ninguna especie y parece que no estuve equivocado, tal vez negociamos adecuadamente su vida futura o les vendí una manera de pensar adecuada, o compraron una forma de vida con la materia prima de su mamá.
Supongo que una práctica adecuada es dejar que los niños muestren su inteligencia con rectitud, valor y prudencia, de esa forma nos pueden sorprender con su espíritu de filantropía que tanta falta hace en la sociedad actual, sugiero entonces que cuidemos con nuestras acciones grabar en la mente de todo niño, elementos contaminantes que impidan negociaciones positivas que empañen la vida feliz a que tienen derecho por mandato divino.
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