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miércoles, 1 de abril de 2015

Libertad de trabajo e industria

Cuentos y más
Libertad de trabajo e industria
Por: Julio Torres
Muchos discursos se han publicado en todos los tiempos en la búsqueda de la felicidad de un pueblo; tomemos un ejemplo sencillo. Las calles por sistema están llenas de vendedores que casi nunca descansan, porque siempre recorren algunos kilómetros ofreciendo sus productos, no poseen la ayuda de un seguro social que garantice el descanso por enfermedad o cualquier otro motivo y por sistema también mueren de males crónicos salvo que posean una condición física envidiable dentro de una determinada
“libertad de trabajo”.
Libertad de trabajo y libertad de cambio, no es posible que todo ser humano ni toda asociación pueda crearlo todo, necesita del cambio y adquisición de lo que le falta y de la misma suerte, cuanto entorpece la espontaneidad de sus esfuerzos, ataca su vida y ésta peligra con los obstáculos que dificultan o impiden el cambio o la venta, la importación o exportación de la riqueza acumulada; donde no hay reciprocidad de derechos y franquicia en
los cambios, se paraliza el beneficio, y lo que es peor, se carece de lo indispensable.
La misma problemática experimenta la industria cuando se le impide esa libertad de producción que requiere, como vemos, esa libertad de trabajo es imprescindible tanto a la industria como al pequeño y mediano empresario e inclusive al comerciante de la
calle y al artesano que aprendió el oficio de sus antepasados, y que decir, en el mundo moderno con la tecnología de la radio difusión donde esa libertad de decir lo que está bien y lo que está mal de acuerdo a su apreciación, considero que la libertad de decir lo que considera que debe saber el espectador ya que todo asunto, pequeño o grande deberá conocer, porque es la única manera de servir como se debe a los ciudadanos sus hermanos.
Es triste que en pleno siglo XXI se siga la práctica de la censura previa, cuando que la ley escrita afirma que ninguna nota periodística será objeto de censura previa, de allí que la pregunta obligada es cuestionar lo que en realidad hace el congreso en turno, los casos relacionados con esa censura previa suman muchas decenas, de manera que el principio de libertad de trabajo debe hacerse patente en todas las actividades de producción que buscan un beneficio en favor de la humanidad.

La libertad de trabajo, la libertad de cambio y la libertad de industria es lo que hace que una nación sea grande. En ninguna de las naciones antiguas existieron leyes fiscales que sacrificaran la permuta a los contratantes. Se exigía entonces únicamente la centésima parte del valor de los artículos, y de esa forma los
encargados de la producción aplicaban su mejor esfuerzo en la calidad del producto, así que el mensaje que dejo en este artículo, es la necesidad de instruir al pueblo y a los legisladores en los verdaderos intereses del pueblo y hacer cuanto sea posible que la libertad de industria y de trabajo una realidad y que se establezca el libre cambio como leyes fuertes y factibles de aplicar de manera sencilla en este país y en el mundo entero.

domingo, 30 de octubre de 2011

La alfombra mágica

Los cuentos maravillosos que surgen desde hace mucho tiempo, en los que se describe que una alfombra puede volar a velocidades muy altas, que para su tiempo era algo fuera de lo normal.

Hoy en día, hemos viajado en algunas naves de uso comercial que han superado la velocidad del sonido, a nivel mundial se ha publicado que la velocidad de naves espaciales lo hacen más rápido cada día.

Hay quien dice que en este siglo de debe llagar a viajar a la velocidad de la luz y aunque se entiende como una exageración, no me atrevería a juzgar de imposible el reto.

Darwin, declaró que con frecuencia la ignorancia engendra más confianza que el conocimiento: Son los que saben poco, y no los que saben mucho, los que aseguran que los asuntos nunca serán resueltos por la ciencia.

En efecto, es la ciencia la que ha resuelto un sinfín de problemas, que resuelven conflictos de toda índole a diario y en todo momento.

No se que fue lo que obligó a los cuentistas de antaño, a decir que una alfombra podía volar, lográndolo solo con un chasquido de los dedos y el sueño se convertía en una realidad maravillosa.

Son pocas las cosas que hoy nos sorprenden, optamos por afirmar que así es este tiempo, a cada momento los descubrimientos logran sorprendernos de manera importante.

Creo con firmeza que gracias a esa imaginación sin fronteras, el ser humano ha logrado hacer realidad lo que en primera instancia calificamos como una fantasía a veces imposible de lograr.

Hacer realidad cualquier asunto que la imaginación nos otorga, desde luego que se trata del epílogo de algo que deseamos fervientemente y finalmente se hace realidad por medio de esa imaginación y el trabajo a realizar.

Es como el sueño de Newton, a quien el universo le parecía como el mecanismo de relojería al describir los movimientos regulares y orbitales predecibles de los planetas alrededor del sol, o de la luna alrededor de la tierra.

En el sistema solar no existen engranajes y las partes componentes del mecanismo de reloj gravitacional no se tocan en su movimiento, así es en el universo entero.

Los movimientos de los planetas son más complicados que los de péndulos y muelles, además, el mecanismo de relojería se deteriora o se destruye en determinadas circunstancias.

Durante períodos de tiempo muy largos, la atracción gravitatoria de mundos muy distantes, no es difícil pensar que en algún mundo pequeño pueda producirse alguna desviación inesperada dentro de su normalidad.

Sin embargo, en los relojes de péndulo existe algo que se conoce como el movimiento caótico: si desplazamos el plomo demasiado lejos de la perpendicular, el movimiento es arrítmico y desordenado.

El sistema solar marca mejor el tiempo que cualquier reloj mecánico y la idea de marcar el tiempo se obtiene del movimiento observado del sol y las estrellas.

Lo asombroso es que se puedan aplicar las matemáticas de manera similar a los planetas y a los relojes, por lo tanto, la maravilla de haber concebido la posibilidad de hacer volar una alfombra es tan sorprendente como el deseo de viajar a la velocidad de la luz.