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martes, 6 de septiembre de 2011

La hilandera

El cuento de la hilandera siempre me altera por la actitud tomada por su padre, me parece un exceso al comprometer a su hija, con el pretexto de que carece de dinero que debe pagar al Rey del lugar.

El molinero, que es el padre de la hilandera, cuando se presenta en el palacio para contestar la demanda del pago de impuestos, se le ocurre decir al Rey que tiene una hija que puede hacer hilos de oro con la paja.

El rey de inmediato ordena que se presente la hija a partir de esa noche a palacio para que comience a fabricar los hilos de oro y al molinero no le queda otro remedio que cumplir la orden.

Esa noche el rey ordena: Cuando amanezca, debes haber terminado de fabricar hilos de oro con toda esta paja.

Desconsolada, se puso a llorar sin saber que hacer.

De repente, la puerta se abre y aparece un duende y le pregunta la causa de su llanto.
Tengo que fabricar hilos de oro con esta paja y no sé que debo hacer.

Si me das algo a cambio yo lo hago le dijo el duende y convinieron el pago por medio del collar de ella.

Al otro día, toda la paja se transformó en hilos de oro. Cuando el Rey vio la habitación llena de oro, se dejó llevar por la codicia y quiso tener todo.

Entonces condujo a la muchacha a una habitación aún más grande, llena de paja, y le ordenó convertirla en hilos de oro. La muchacha estaba desconsolada.

El duende volvió a encontrar a la joven hecha un mar de lágrimas.

Esta vez, acepta su anillo de oro a cambio de hilar toda la paja.

El Rey al ver tal cantidad de oro, su avaricia se magnifica y encierra a la muchacha en una torre llena de paja.

El duende regresa por la noche, pero la pobre muchacha ya no tenía nada más para darle. Entonces el duende le propuso quedarse con su primer hijo una vez que ella se case.
Como la muchacha no encontró una solución mejor, tuvo que aceptar el trato.

Por la mañana, el Rey vio con gran satisfacción que la torre estaba llena de hilos de oro. Tal como lo prometió, se casó con la hija del molinero.

La solución a este cuento es muy agradable.
El cuento de la hilandera siempre me altera por la actitud tomada por su papá, me parece un exceso del padre que compromete a su hija, con el pretexto de que carece de dinero que debe pagar al Rey del lugar.

Hago un espacio para emitir una opinión, me parece que la actitud del molinero no es congruente con el sacrificio que vive en esos momentos su hija, pareciera que no se trata de una hija sino de alguien desconocido o contratado para hacer frente al problema.