viernes, 21 de febrero de 2014

Causa primera

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Alguna vez nos hemos preguntado: ¿Qué es Dios? Y ahora recuerdo que en algún lugar escuche que: “Dios es la máxima inteligencia, primera causa de todo lo que existe”, es decir, lo que no tiene principio ni fin; lo desconocido y todo lo desconocido es infinito, decir que Dios es infinito resulta una definición incompleta, condición pobre que no define las cosas superiores a su inteligencia porque Dios es infinito en sus perfecciones, pero lo infinito es una abstracción, decir que Dios es lo infinito sería tomar el atributo por la misma cosa y
definir una cosa que no es conocida por otra que tampoco lo es.
Algunos seres humanos de distintas condiciones preguntan: ¿Dónde pueden encontrarse pruebas de la existencia de Dios? Pero resulta que el axioma que aplican a sus ciencias declara que no hay efecto sin causa, busquen la causa de todo lo que no es obra del ser humano y su razón les responderá, “la condición de creer en Dios es simple, hay que observar las obras de la creación”, el universo existe, lo cual significa
que tiene una causa, poner en duda la existencia de Dios equivaldría a negar que todo efecto procede de una causa y admitir que la nada ha podido hacer algo.
Dios existe; ¿De dónde brotaría ese sentimiento si no estuviera basado en algo? También esto es una consecuencia del axioma de que no hay efecto sin causa pues, el sentimiento íntimo que tenemos de la existencia de Dios no puede ser resultado de la educación y producto de las ideas adquiridas, si así fuera, ¿Cómo tendrían el mismo sentimiento los salvajes? Si solo fuera resultado de una enseñanza, el sentimiento de la existencia de un ser supremo, no sería universal y
como los conceptos de la ciencia, existiría solamente en quienes hubieran recibido tal enseñanza.
Surge una pregunta: ¿Podríamos encontrar la causa primera de la formación de las cosas en las propiedades íntimas de la materia? Pero, ¿Cuál sería entonces la causa de esas propiedades? Siempre es necesaria una causa primera, atribuir la formación primera de las cosas a las propiedades íntimas de la materia, sería como tomar el efecto por la causa, ya que esas mismas propiedades son un efecto que debe surgir de una causa.
¿Qué pensar de la opinión que atribuye la formación primera a una combinación fortuita de la materia, esto es, el azar? ¡Resulta absurdo! ¿Qué ser humano de buen sentido puede considerar al “azar” como un ser inteligente? Además de que el azar en realidad es “nada”, la armonía que controla las partes del universo, revela combinaciones y objetivos determinados, y por lo tanto, un poder inteligente, atribuir la formación primera al azar es un contrasentido; porque el azar es ciego y no puede producir los efectos de la inteligencia, un azar inteligente no sería ya azar.
Pero: ¿Cómo saber que la causa primera es una inteligencia suprema y superior a las demás inteligencias? Podemos acudir a un refrán que dice: Por la obra se conoce al artífice, así que, examinemos la obra y busquemos al artífice, el orgullo es el que origina la incredulidad, un ser humano orgulloso no admite la existencia de algo superior, y por eso se proclama “espíritu fuerte”, ¡pobre, a quien puede sorprender un soplo de Dios!
Se juzga el poder de una inteligencia por sus obras y como ningún ser humano puede crear lo que la naturaleza produce, la causa primera tiene que ser una inteligencia superior a la humanidad, cualesquiera que sean los prodigios realizados por la inteligencia humana, tiene una causa esta misma inteligencia, y cuanto más grande sea lo que ella haga, tanto mayor
ha de ser su causa primera, esta inteligencia es la causa primera de todo lo existente, cualquiera que sea el nombre que le haya dado el ser humano.

Establecemos entonces que: “Dios es la máxima inteligencia, primera causa de todo lo que existe” que no tiene principio ni fin; aunque seamos parte de él, somos el efecto y no la causa, es por eso que lo definimos como: “Causa primera”

domingo, 16 de febrero de 2014

Mi escultura

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Esculpir es labrar a mano una obra de escultura, especialmente en piedra o metal o grabar algo en hueco o en relieve, es cortar o dar una forma conveniente, esculpir se define también a la manera como damos forma a nuestra vida personal, cuando utilizamos cincel y martillo de manera alegórica y damos forma a lo que será nuestra existencia, a nuestra condición de ser, a nuestro modo de ver la vida o la cualidad como edificaremos nuestro edificio de vida.
En efecto, el cuerpo humano es un edificio que debemos esculpir con las herramienta necesarias conforme al desarrollo de esta tarea, es como el escultor que recibe un cincel y un martillo y se coloca frente a una piedra con la orden de esculpir una figura, el resultado será directamente proporcional a la idea que conciba ese escultor y la manera como maneje dicho cincel en proporción a la fuerza aplicada por el martillo, los desbastes pueden ser suaves o fuertes, todo depende del carácter como resulte golpeada la piedra.
Nosotros, como seres humanos así esculpimos nuestro edificio, es decir, cuerpo y mente, como propiedad unido al trabajo, así lo determina la mente, y entonces declaramos: Con propiedad y trabajo estamos listos a esculpir nuestro edificio como excelentes intendentes de fábrica, capaces de emprender proyectos majestuosos o modestos, todo de acuerdo a lo que la imaginación nos dicte, congruente a las facultades que nos dotaron desde el principio.
Justicia es lo primero que debemos alcanzar, justicia que permita dar a cada quien lo que por derecho le pertenece, de otro modo, no hay manera de exigir que se respete lo que es nuestro, pero toda acción debe ejecutarse con orden, que impida desperdiciar las fuerzas productoras que permiten conservar la propiedad adquirida, sin olvidar una vigilancia exagerada que permita aprovechar los eventos favorables mediante una excelente economía que aumenta los capitales y asegura la riqueza sin confundirla con la avaricia.
La previsión conserva lo adquirido y asegura la empresa, pero la constancia es lo único que perfecciona los productos, causando que el trabajo se multiplique porque la emulación fortalece la energía, la palabra emulación se refiere a una ambición hacia la igualdad, esto es: Hacer o ser mejor que la competencia, pero la exigencia será encontrar la manera de vencer las dificultades con intrepidez, es decir, aferrarse a puntos de vista propios, mantener la mente limitada mediante conducta tolerante.

Son dos las columnas que mantienen a la empresa fuerte y armónica, ellas son: Justicia y verdad, generadoras de riqueza, la verdad infunde confianza y asegura una relación de paz y armonía con asociados, productores y consumidores, la justicia es el entendido de dar a cada uno lo que le pertenece, al trabajador un salario justo y suficiente, al consumidor la calidad esperada en los beneficios del producto, además del precio justo, ese es el resultado de un buen manejo de la propiedad y el trabajo como generador de riqueza.

viernes, 7 de febrero de 2014

Comunicación divina

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La comunicación de los mundos cada vez se hace más frecuente, aunque se le imponga una serie de matices misteriosos, se ha conseguido reducir la distancia del punto de credibilidad que es bastante complejo, las producciones cinematográficas se han encargado de mostrar una posición jactanciosa, durante los últimos cuarenta años he logrado excelentes experiencias en el terreno de comunicación por medios espiritistas y de ninguna manera he encontrado ese tipo de espectacularidad que manifiestan algunas historias.
Supongo que solo un pequeño número de personas independientes de los medios religiosos, se han preguntado cómo es la mecánica de la oración, aunque la practiquen de manera cotidiana, pues resulta importante que el feligrés se abstenga de investigar, luego se derrumbaría el aparato místico que le imprimen a todos los asuntos divinos, pero es muy fácil hacer una narrativa de lo que ocurre durante el fenómeno de la oración, que se ha utilizado desde la aparición del ser humano sobre la tierra.
El segundo principio del universo detallado dentro de los escritos del Kybalión, establece que “como es arriba es abajo” y como abajo es
arriba, hemos establecido que este mundo es abajo y cuando expiramos es que vamos hacia arriba, entonces, tiene sentido declarar que “como es abajo es arriba”, suponiendo que existe razón en ese concepto, entonces, podemos expresar que cuando necesito algo aquí abajo, significa que la tarea es encontrar a la persona adecuada en el momento adecuado con los recursos adecuados que permitan conseguir lo que estoy solicitando.
Entonces no tiene por qué ser distinto cuando solicitamos una ayuda a quienes se encuentran arriba, no importa a quien se le pida, lo más seguro es que quien nos escucha nos haga el favor de contactarnos con la “entidad” adecuada que manejará la solicitud hasta conseguir el objetivo, tampoco habrá que “rasgarse las vestiduras” tratando de afirmar que tal personaje fue quien finalmente nos dio la respuesta, dudo mucho que allá arriba se manejen las pasiones como ocurre aquí abajo pues en las experiencias habidas durante las comunicaciones vividas, nunca aprecié actitudes pasionales de las entidades hacia nosotros ni entre ellas.
Una de las razones que me ayudan a decir lo anterior es que en la “vida” allá arriba no existe tiempo ni espacio, ellos se transportan de alguna manera en forma instantánea, nunca escuche que al “recorrer” una distancia X ocuparan un tiempo determinado, por lo tanto se puede comprender que al no haber tiempo ni espacio que recorrer, tampoco existen necesidades de casa, vestido ni sustento, lo cual provoca ausencia total de pasiones, ambiciones y por ende, cero corrupción, solo tienen compromiso de entrega de resultados ante una “suprema corte” que en nada se parece a lo que vivimos en este nivel.
Pienso que el día que podamos comprender de manera puntual ese mundo de fuerzas, como se le conoce al mundo de arriba, muchos serán los cambios que se implementarán en este mundo de formas, como se define al mundo de
abajo y el día que arriba y abajo se manejen de manera coordinada, es posible que se consiga el equilibrio tantas veces buscado en la historia de la humanidad, sin divisiones de género, sin discriminación de ninguna especie, con el único fin de conseguir el equilibrio humano entre ambos mundos, como es arriba, es abajo y como es abajo es arriba.
Quizás mi comentario contenga matices de un mundo perfecto, soñado o simplemente imaginado, de ser así, me llena de satisfacción el poder vivir estas reflexiones al final del camino, de manera que por este medio, le invito a vivir la experiencia de comunicación con ese mundo de arriba sin ninguna pasión, simplemente tratando de encontrar respuestas, así que si en su entorno encuentra a alguien que posea la facultad de la comunicación con el mundo de arriba, no lo piense mucho, entréguese a esa experiencia, con los cinco sentidos dispuestos a absorber la mayor cantidad de información en beneficio propio.
Pero, cuidado, trate de no perder la exacta dimensión de lo que escuche y comprenda, nada es mágico, nada es virtuoso, nada es sobrenatural, todo corresponde a un fenómeno de comunicación poco conocido o poco reconocido, pero es maravilloso si se aprecia en su justa dimensión y si usted es capaz de mantenerse a la expectativa con las reservas del caso, experimentará eventos hasta ahora desconocidos pero que una vez que lo asimila, su capacidad de asombro recibirá una gran satisfacción en muchos aspectos y seguirá pensando que simplemente se trata de una comunicación divina.

jueves, 30 de enero de 2014

El otro mundo

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Los comentarios en torno al asunto, vida y muerte es enormemente fascinante, cada persona comenta esto por medio de análisis que ha escuchado, pero cuando se le presenta un hecho paranormal, por sistema se aterra y manifiesta un temor exagerado que nada tiene que ver con una realidad, más bien lo que la gente recuerda, es aquello que los productores de cine han querido que sea el mundo de la vida y de la muerte, el mundo de la parapsicología o mundo paranormal.
Desde hace muchos siglos el ser humano ha tratado de escudriñar en
ese mundo que no advertimos o que no percibimos con la facultad de la vista, sin embargo, existen maneras distintas de percibir fenómenos desconocidos, pero en realidad nada tienen de desconocidos, trataré de relatar a ustedes algunas experiencias vividas, que impiden negar la existencia de ese otro mundo, del que siempre han hablado nuestros antecesores con cierta tibieza, tal vez por el riesgo que significa el hecho de que muy pocas personas lo aceptan como una realidad.
Si acudimos a los escritos antiguos, descubriremos que nunca se ha negado la existencia de ese otro mundo, supongo nada tiene de aterrador, lo que sucede es que a través del tiempo el asunto vida muerte, se ha utilizado como herramienta de control social, es muy sencillo hacer que el ser humano le tema a ese otro mundo, porque siempre se le ha dicho que su mal comportamiento en esta vida le abre las puertas de un infierno, no imagino exactamente como puede ser, salvo lo que los novelistas de antaño o lo que las religiones utilizan en su favor.
Alguien sentenció que por mi manera de vivir es, tengo asegurado un lugar en ese infierno y que permaneceré entre el fuego por toda la eternidad, desde luego que pregunté ¿exactamente a que se refieren cuando afirman que voy a permanecer en el fuego? he firmado en el testamento, que a mi muerte, una persona que se dedica a esos menesteres, se encargará de incinerar este cuerpo y derramar las cenizas en un lugar que permanezca verde la mayor parte del año, pudiera ser que obtenga el privilegio de seguir de cerca el destino de este cuerpo que tantas delicias me ha permitido disfrutar.
Tal vez este tipo de reflexiones me incitaron a tratar de investigar cuanto se ha escrito, relativo a la vida y muerte de los seres humanos, me condujo entonces, a platicar con personas que se dedican a comunicarse con “entidades” que han vivido en este mundo, por medio de otras personas que manifiestan la facultad de prestar su cuerpo, con el fin de que dichas “entidades” del otro mundo, revelen abiertamente sus inquietudes, pero más que nada ese efecto se ha
utilizado de manera fanática solicitando soluciones a problemas frívolos.
Asombro tremendo experimenté por la gran cantidad de textos que de esto hablan, en todos los idiomas y en todos los tiempos, me entregué emocionado durante más de treinta años con bellos escritos, otros no tanto, a tal grado que disfruté generosamente infinidad de conversaciones por medio de algunas personas que “prestan” su cuerpo y permiten que las “entidades” del otro mundo hablen con quienes nos encontramos en este mundo.
En el caminar en estos terrenos, encontré a una persona con mínima preparación académica que sin propiciar ambiente alguno me decía: Don Diego intenta comunicarse contigo y simplemente ella, la amiga que me permitía esa comunicación, cerraba sus ojos, y en cosa de 30 segundos me encontraba conversando con Diego, la verdad es que nuestra conversación resultaba por demás fascinante y rica en conceptos que tal vez, poco a poco podamos describir por este medio.
Sesiones de dos y hasta tres horas eran muy magníficas, en lugar de preguntar cómo resolver mis problemas, traté siempre de entablar una comunicación, tal como se lleva a cabo en una tertulia de estos tiempos, o parecido a una charla de café, de tal suerte que pude obtener datos muy importantes, aún sin planear abiertamente, eso me colocó indudablemente en un lugar de privilegio y tengo muchas experiencias que deseo compartir poco a poco con ustedes.

Quiero cerrar este asunto por el momento, refiriendo que incluso disfrutamos algunas veces nuestra conversación en compañía de una botella de tequila, porque deseaba seguir disfrutando de esa bebida en donde ahora se encuentra, supongo que es válida esta redundancia, ya lo explicaré y debo adelantar que hoy día existen escritos que de esto hablan abundantemente, demostrando que la conexión entre este mundo y el otro, nada debe extrañarnos.

Entre prudencia y filantropía

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De la prudencia a la filantropía la distancia resulta difícilmente perceptible, es muy parecida a la distancia que media entre lo sublime y lo ridículo, en ambos casos el riesgo es impresionante, así también la distancia que media entre una persona sensata y otra que no lo es, hasta donde una decisión es equitativa o no, donde comienza la sensatez y donde principia la insensatez, por lo tanto, estamos ante un asunto más importante de lo que parece, puesto que emitir un juicio bajo estas circunstancias por sistema nos entregamos al riesgo de perjudicar a alguien sin apreciar.
Sabemos que la inteligencia con que nos ha dotado la vida, ayuda a moderar la cualidad de ver las cosas, como si se tratara de convertirnos en
un “fiel” de la balanza, además nos guía a esgrimir la prudencia como herramienta que nuestros padres utilizaron en la educación familiar, conforme a la necesidad de conducirnos con  mayor rectitud, buscando siempre la equidad en cada uno de nuestros puntos de vista, por medio del valor, si, del valor de decir las cosas, pero con la prudencia necesaria en cada caso.
El asunto es que la prudencia es una habilidad sencilla de manejar y no así la filantropía que por sistema nos entrega al deleite de la satisfacción personal, es por eso que idealizamos la filantropía porque nos hace sentir superiores o distintos al resto de los humanos,
inclusive nos hace olvidar que lo “amargo” prevalece sobre lo “dulce” es indudable que todos “estamos listos a recibir lo bueno, lo dulce” pero muy pocas veces resistimos cuando las cosas no salen como pensamos que deben salir y hasta el agua que bebemos lo percibimos como veneno.
Aplicar la gramática de manera adecuada no es sencillo cuando se desconocen las reglas, comunicar una idea es el reto a que se enfrenta toda persona que pretenda decir lo que piensa por cualquiera de los medios de comunicación, encontrar las palabras adecuadas se convierte en el trabajo fundamental, pero nada es imposible cuando se trabaja con sistema.

Como seres pensantes, la inteligencia nos permite relacionar conocimientos que tenemos y de ese modo resolvemos algunas situaciones, la inteligencia tiene que ver con las emociones, como agitaciones del ánimo producidas por las ideas, los recuerdos, apetitos, deseos, sentimientos o pasiones, lo cual no deja de ser un peligro, ya que manejar la inteligencia de manera trivial, puede convertirse en un contrasentido, capaz de integrar en el pensamiento, conceptos o situaciones perjudiciales en todos los sentidos.
La regla no escrita indica que la rectitud tiene muchas interpretaciones ya que el ser recto en el comportamiento, no necesariamente se puede calificar de rectitud, más bien la rectitud se refiere al carácter de todo aquello que es justo, en sentido ético o moral, puede ser también, el conocimiento práctico de lo que debemos hacer o decir, esa rectitud se percibe como el arte de pensar, que nos entrega formulas y maneras de hacer las cosas, dentro de un marco de justicia y equidad, pero anteponiendo siempre la prudencia.
Es por eso que he querido asociar la prudencia con la filantropía porque el riesgo de los “cinco minutos de fama” que esa filantropía nos regala, nada tiene que ver con la posibilidad de “dar” pues corremos el riesgo de “dar” a quien no lo necesita en verdad, o convertirse en un acto no equitativo que será criticado sin medida por quienes envidian una posición económica aceptable que permite dar, dejando a un lado el sentido de justicia que recomienda dar a cada quien lo que realmente necesita.
De manera que esa distancia que existe entre la prudencia y la filantropía resulta ser un ejemplo magnífico, nos permite comprender el regalo que la naturaleza nos entrega al nacer, esto es: La inteligencia, rectitud, valor, prudencia y filantropía, como un pedestal de cinco herramientas capaces de resolver cuanto problema nos presente la vida, sin esperar nada a cambio, pues se trata de facultades naturales que desarrollamos desde temprana edad bajo la estricta vigilancia de nuestros padres hasta conseguir la mayoría de edad.
La prudencia que sabe retractarse es una de las formas del arte de gobernar, practicar la sinceridad sin prudencia puede destruir en vez de edificar, ofender en vez de animar, separar en vez de unir y hasta romper lo que debería permanecer siempre unido, pero cuidado, no hay mejor trampolín que una mala consciencia para saltar a la filantropía.

martes, 21 de enero de 2014

Evolución fanática

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El fanatismo ha sido desde tiempos remotos el resorte dominante en los seres humanos, capaz de modificar, destruir, aniquilar familias y hasta sociedades en su totalidad, ha sido suficiente que un líder piense que la sociedad debe “cambiar”  y diseña soluciones que finalmente se van a convertir en mecanismos opresores, eliminando la libertad de pensamiento junto con la pérdida del sentido común, entregando a los seres humanos al poderío dictatorial, con las consecuencias nefastas que toda dictadura ha demostrado.
Algunas veces, las dictaduras han logrado avances importantes en todos los sectores, casi puedo afirmar que los dictadores son necesarios, pero las leyes naturales indican  la observancia de los tiempos, es decir, que toda dictadura debe mantenerse un tiempo determinado como parte de un ciclo social, de otra forma tienden a convertirse en mecanismos de represión que de ninguna manera resultan benéficos a sus iguales.
En el siglo pasado, en el mundo surgieron todo tipo de dictaduras, pero en este siglo ha surgido una dictadura que ya podemos calificar de fanatismo, esto es, que lo que se desarrolló como un beneficio tecnológico en bien de la humanidad, poco a poco se ha convertido en fanatismo cruel y despiadado sobre todo en la juventud, bautizaré entonces dicho fanatismo como la “evolución fanática.
Los teléfonos “celulares”, que tanto beneficio otorgan a la sociedad
moderna, se han convertido en el fanatismo más peligroso que las creencias religiosas o profanas que nos invadieron en el siglo pasado, mucho daño causaron en su momento, se apoderaron del pensamiento y alma de personas bien intencionadas, sin sentirlo crearon desconcierto en todos los medios sociales a su alcance, tampoco las personas mal intencionadas pudieron salvarse ante los
embates del fanatismo.
Hoy en día el teléfono celular ha provocado un cambio social, es decir, aunque las personas se reúnan a comer, cenar o una charla de café, con tristeza se observa que cada integrante de esa reunión, tal vez sin sentirlo, se aísla con su aparato de comunicación y finalmente nadie  puede iniciar una conversación como antaño, hoy, cada persona ejerce su propia comunicación  con gente “invisible” al resto de los allí reunidos.
A lo largo de la historia humana, hemos escuchado la necesidad de conseguir la libertad, pues consideramos que los gobiernos quieren mantenernos oprimidos, o los dirigentes religiosos en todas las creencias intentan lo mismo, aunque los métodos sean distintos, el objetivo principal es lograr el domino de acción y pensamiento, lo cual se sabe que por medio del fanatismo se puede lograr con bastante éxito, derrocando imperios o creando nuevos.
Increíble resulta darse cuenta que un diminuto aparato receptor telefónico, hijo legítimo del presente siglo, haya logrado en poco tiempo, dominar el pensamiento de millones de seres humanos en todo el mundo, a pesar de la complejidad religiosa, social, sexual y económica, hasta la manera de entendimiento en la  niveles sociales con la diversidad de idiomas, este aparato ha logrado integrar una especie de idioma universal no imaginado hace apenas unos 20 años.
Como ha ocurrido en todos los tiempos, es la juventud quien alimenta este tipo de conflictos, es triste verificar que en las reuniones familiares son los jóvenes quienes buscan la clave de la conexión a Internet o terminan destruyendo la reunión argumentando que no tiene sentido prescindir del beneficio del Internet, tal vez habríamos de investigar cómo se pueden construir pozos sin fondo y sepultar el fanatismo “celular” y levantar templos adecuados en pro de las virtudes de la buena reunión familiar.

En un ambiente donde religión y política parecen estar estrechamente vinculados, luchando por expandir sus territorios, que benéfico les ha resultado el uso del “celular”, ya no es necesario “adoctrinar” con el fin de conseguir adeptos, ahora subir al “trono” es cosa sencilla, pues los jóvenes se encuentran demasiado ocupados en la comunicación con los seres invisibles, su mundo parece ser maravilloso, pero, no imagino la forma de vida dentro de 25 años, pero no importa, ellos, los jóvenes serán viejos entonces, y también entonces quizás encuentren
la solución al conflicto de este fenómeno, “la evolución fanática. 

miércoles, 1 de enero de 2014

La salud y sus aristas

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La salud es una de esas cosas de las que todo mundo habla pero en realidad nadie sabe a ciencia cierta lo que es en verdad, y digo esto porque la salud no es únicamente el hecho de no estar enfermo, la salud es un concepto tan amplio como la vida misma, la salud es interna y externa, la salud es objetiva y subjetiva, la salud tiene que ver con el pensamiento y el pensamiento es la capacidad que nos entregaron desde el momento en que llegamos a este mundo y es lo que nos distingue del resto de las especies vivas de este planeta.
La salud tiene que ver con el comportamiento, con los hábitos, con las tendencias y hasta con los mitos, la salud interviene en el carácter, en el estado de ánimo, en el describir un día lluvioso como el más maravilloso o el peor de los días, el cielo puede estar en su mejor momento y tal vez hoy lo percibo como la peor de las molestias porque hace calor, añorando quizás los días nublados, pero nunca o casi nunca me pongo a pensar que hoy es el mejor día de mi vida ya
que estoy con vida, aunque solo sea por el día de hoy, pensaré que mañana será otro día simplemente.
La costumbre de buscar culpable cuando algo nos molesta es práctica cotidiana, pues resulta más fácil buscar culpable que vernos al espejo con la etiqueta de culpabilidad, es muy difícil aceptar que podemos ser culpables de lo que hoy nos aqueja y por qué no culpar inclusive al ser supremo de todo lo malo que hoy nos ocurre, finalmente si lo culpamos a él, nuestro sufrimiento será soportable, total, no sabemos dónde buscarlo, pero eso sí, de alguna manera comprendemos que él nos escucha y que tiene la obligación de hacerlo por el simple hecho de habernos creado.
Pero nunca pensamos que en realidad estamos enfermos cuando buscamos culpable, en el fondo tal vez razonamos que algo nos pasa pero nunca aceptamos enfermedad alguna, a veces, nuestra alimentación  es insuficiente y poco adecuada, pero no especulamos que hemos perdido la salud, ah, lo olvidaba,
podemos culpar al médico, al servicio de salud que suponemos deficiente y afirmamos que ello es la causa de nuestra enfermedad, entonces, ahora aparece un nuevo culpable, el gobierno que no proporciona los servicios de salud adecuadamente.
Las causas de la pérdida de la salud son infinitas y todas ellas justificadas posiblemente, pero entonces: ¿Qué hacer ante este conflicto? Muchas veces he dicho que la salud está de algún modo relacionada con la seguridad, es decir, una buena seguridad es posible
que nos proporcione una buena salud, ya que la preocupación por la conservación de nuestros bienes indudablemente resulta estresante y en consecuencia se convierte en un atentado a la salud, podemos especular entonces que una buena seguridad afirma la salud.
La curiosidad es muy buena consejera en asuntos de seguridad y salud, La curiosidad es la que mueve montañas, la curiosidad sencillamente es nuestra alma personalidad, es lo que nos hace diferentes a cada uno
de nosotros y esa curiosidad se encarga de mantener la salud en óptimas condiciones, pero lo puede hacer también de manera contraria, todo depende del estado de ánimo que experimentemos o la herencia genética y la educación, la curiosidad depende también de la felicidad o la infelicidad, pero sigue siendo un asunto personal, entonces, nada justifica la necesidad de buscar culpable.
Concluyo entonces que todos los elementos apuntados nos ayudan al buen vivir o a lo contrario, pero observo que todo es parte de mí, los agentes externos influyen muy poco en mis decisiones, entiendo que soy el único culpable de lo que me sucede, bueno y malo, la lucha se centra en buscar por todos los medios a mi alcance una buena salud, construyendo en la medida de lo posible una seguridad aceptable, dando rienda suelta a mi curiosidad con el único objetivo de encontrar la buena salud que abre las puertas de la felicidad, objetivo fundamental de la creación, ahora comprendo la salud y sus aristas.

Es por eso que la razón de existir de un gobierno debe centrarse en proporcionar seguridad a los ciudadanos, lo que permite generar riqueza mediante la propiedad y el trabajo, esto es, una buena seguridad impulsa una buena salud en todos los aspectos y si a eso agregamos una buena educación, las puertas de la felicidad se abrirán de “par en par”, es decir, en toda su capacidad, de manera que seguridad, salud y educación habrán de caminar de la mano en toda sociedad actual y lograr con ello que las generaciones presentes y futuras vivan en paz, armonía y felicidad de manera real y no solo como buenos deseos, mientras tanto, busquemos poseer una buena salud en todos los aspectos.
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