Tal vez
el cuento de Blanca Nieves sea uno de los más divulgados en sus distintas
versiones y en todos los idiomas, pues el deseo de soñar sigue y seguirá
vigente por toda la eternidad, supongo.
El
sueño de toda jovencita es y ha sido la esperanza de que algún día llegue hasta
ella un príncipe que la desposará con todo el protocolo de un reino inexistente
en la vida real, pero que en su imaginación ha estado presente desde niña.
El
epílogo esperado y soñado “y fueron muy felices” es tal vez lo más grandioso
del momento culminante a la consumación de la tan deseada boda.
Este
cuento expone de manera maravillosa el conflicto social, que implica la
búsqueda de la posición social y económica a que se puede aspirar, sobre todo
cuando la realidad mantiene a una jovencita muy lejos de alcanzar una historia
como esta.
La
historia de “mujer bonita” que el cine de Hollywood nos entregó hace algunos
años es una muestra evidente de la historia de Blanca Nieves, que hizo soñar a
una buena cantidad de mujeres de todas las edades.
Es un
tanto triste que el espectáculo cinematográfico, nos entregue en un 90% de su
producción temas de guerra y destrucción aderezados con escenas que bien pueden
calificarse de pornografía.
Indudable
es que los temas bélicos son muy solicitados y con el complemento de bellas
mujeres y apuestos caballeros, llenan las salas cinematográficas y hasta el
cine en casa con sus respectivas copias pirata.
Creo
que me quedo con historias como la de Blanca Nieves, que evitan la destrucción
no solo de las personas sino de la infraestructura de los reinados de la
imaginación, porque soñar es una necesidad, soñar nos conduce a la felicidad.
El
cuento de Blanca Nieves está listo y preparado a soportar cualquier adaptación
con la tecnología moderna y le aseguro que resultará tan exitosa como cuando se
contó hace cientos de años.
Nuestro
mundo real muchas veces se torna muy difícil de vivir, sin embargo, debemos
continuar, de manera que nunca está demás una historia de sueño, una historia
de esperanza, una historia que nos haga soñar.
Debemos
recordar que soñar es una condición fundamental, que permite crear una idea y
esa idea se convierte en una historia, que cumplirá perfectamente en los sueños
de todo ser humano.